—¿Cómo es eso que te trasladaron para la sede de aquí? —Le pregunto a Aimara ofuscado apenas escucho su respiración al otro lado de la línea—, como es posible que tenga que enterarme de esto por terceros.
—Hola hermanito, sí, yo estoy bien, ¿y tú qué tal estas? —me pregunta irónicamente.
—No estoy para juegos Aimara —Le reclamo molesto por su actitud.
—Yo tampoco Aaron, te recuerdo que soy bien mayorcita, y no tengo porque dar explicaciones de mis decisiones —me responde con tranquilidad, pese a mi forma de tratarla algunas veces Aimara es un ser de paz, es difícil hacerla molestar—, me promovieron a un cargo superior.
—Eso me dijo Anderson, ¿por qué él sabia y yo no? —le pregunto con recelo.
—Es que Anderson y yo hablamos todos los días, él se preocupa por enterarse de cómo estoy y t
