—¿Crees estar en condiciones para ir a trabajar hoy? —pregunta observándome de arriba hasta los pies.
—Me siento perfecta —expreso con firmeza parándome erguida a pesar de estar sintiendo aun la molestia en la columna—, si ya estas listo podremos salir. No quisiera darte nuevamente las llaves, sino esto se volverá costumbre.
—Deberías por lo menos desayunar —me expresa caminado hacia la cocina—, además que es de mala educación despreciar el esfuerzo de otros —lo veo salir de la cocina con una taza de café y plato en ambas manos.
—¿No me digas que tu preparaste todo eso? —le inquiero con una sonrisa en los labios.
—Aunque no lo creas así fue, no es el desayuno inglés, pero te aseguro que con esto tendrás energía por lo menso para llegar hasta el taxi —dice al deja
