Las pruebas de la amenaza

1041 Words

En silencio me mantuve en todo el viaje en compañía de Aaron y Anderson. Por un momento ambos pretendieron involucrarme en sus conversaciones y al notar que no era muy receptiva decidieron ignorarme. Ello no me molestó, al contrario, lo vi como la mayor de las consideraciones al estado de confusión en el que me encuentro. Fingí estar redactando un documento en mi Tablet. Al llegar a Valencia, Aaron estacionó su camioneta en la entrada de una casa de estilo veraniego espectacular, de ensueño. Aunque no les mostré mayor interés, complacida con la vista, paseé la mirada por los espacios exteriores, me agradó ver los arreglos florales de la entrada. Es evidente que el dueño de esa propiedad ha de gastar un dineral en jardinería, no cualquiera se da el lujo de tener una entrada tan perfectamen

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