Tal como lo pidió, le comenté a Carlos la información que me dio Aimara sin omitir ni agregar detalle.
—Voy contigo —me dice de pronto—, me interesa ver esto en vivo y directo. Quiero ver su reacción al explicarnos el hallazgo.
—Bueno apresúrate pues ya debería estar en camino —le pido impaciente.
Sin responderme, salió de mi oficina, supongo con intención de ir a su oficina por algo. Mientras él regresaba, apagué el ordenador y cerré bajo seguro los documentos que tenía sobre el escritorio, e inmediatamente tomé mi bolso y la laptop y salí de la oficina hacia el ascensor.
—Tatiana, por favor, dile a Carlos que lo espero en el estacionamiento —le exijo mientras camino sin mirar atrás.
Al llegar frente al ascensor este se abrió, lo abordé y bajé hacia el estacionamiento donde los esco
