Su tono era neutral, pero había una sombra en sus palabras, un peso que Dreida no pudo ignorar. Lo observó en silencio durante unos segundos, sus ojos buscando algo en él que no terminaba de encontrar. Había algo en Aidan que la intrigaba, algo que parecía estar oculto bajo capas de cansancio y desconfianza. Antes de que pudiera responder, el barman llegó a la mesa con sus pedidos, rompiendo la tensión que se había acumulado entre ellos. Con una sonrisa profesional, colocó las bebidas frente a ellos, inclinándose ligeramente mientras hablaba. Antes de que pudiera procesar completamente sus emociones, el camarero regresó con una bandeja equilibrada entre sus manos, interrumpiendo momentáneamente la atmósfera cargada. Su sonrisa profesional y el tono despreocupado de su voz parecían casi f

