En la mente del ghoul, una maraña de pensamientos caóticos se entrelaza, rebota y gira como un torbellino implacable. La culpa lo embarga, ahogándolo con su peso. Una sola idea domina su mente como un eco constante: cómo corregir su error y hacer que el lord le vuelva a dirigir la palabra sin el peso de la ira en cada sílaba. El error cometido, ese instante de descuido o torpeza, lo consume, y en su afán por encontrar una solución, se refugia en su mente, visualizando escenarios, ensayando mil y una disculpas, imaginando la infinidad de formas de redimirse. Sin darse cuenta, sus pasos lo guían hasta detenerse bajo el inmenso dosel del cielo nocturno. Eleva la vista hacia las estrellas, como si entre ellas pudieran revelarse las respuestas que tanto anhela. Las nubes, pálidas bajo el reflej

