Aidan, aún incrédulo por las palabras de su padre, se lanzó impulsivamente sobre él en un abrazo que lo envolvió con fuerza. Allen, sorprendido pero conmovido, reaccionó de manera espontánea. La acción del ghoul hizo que el vampiro rompiera en una carcajada cálida, un sonido raro de escuchar en él, pero lleno de genuinidad. El espíritu espontáneo de Aidan, esa chispa que siempre caracterizó al joven ghoul, le recordó a Allen la conexión especial que tenían. Sus palabras aparentemente habían hecho efecto, ayudando a aliviar un poco el peso de las emociones que abrumaban a Aidan. No importaba cuán dañado estuviera por la pelea reciente; Allen siempre disfrutaba ese tiempo que compartía curando las heridas de su hijo. Siendo de una especie diferente, Aidan siempre fue propenso a accidentes de

