Aidan se volteó con timidez, sus movimientos lentos y vacilantes, sin entender del todo el cambio de actitud que había ocurrido en fracciones de segundos por parte de Corito. Al girarse completamente hacia ella, finalmente comprendió la razón detrás de esa repentina transformación. En su mente, se dibujó un paralelismo inevitable: él sabía perfectamente cómo se sentía ella, porque había pasado por lo mismo en su propio pasado. Cuando era "el patito feo", sus inseguridades lo envolvían como una segunda piel que le resultaba imposible quitarse. Ahora, mirando a la pelirroja, no podía evitar notar cómo su aspecto había cambiado significativamente. Bueno, si no fuera por su misma voz y el acné que cubría gran parte de su rostro, diría que se trataba de otra persona. Incluso su olor había cambi

