Franchesca tomó la decisión de hablar con sus padres para decirle la verdad sobre su hermano Bernardo. Ellos vivían en Auvers- sur -Oise a sólo treinta km de la capital parisina. Era un pueblo muy hermoso y su mayor atractivo de su hogar era que quedaba muy cerca del rio, que para ella era el más hermoso de todos, el rio Oise, que tenía un valle, grande y colorido que ella jamás había visto en otro. Amaba aquel lugar, donde ella creció con su hermano gemelo. Hasta que ambos viajaron a la capital para buscar un mejor futuro y todo se salió de las manos cuando ella se dejó girar por él. Rápidamente tomó el equipaje que pudo y con su hijo se subió a un taxi que ella contrató para que la llevara hasta la casa de sus padres. Al llegar su madre la recibió muy amorosa. —Hija mía —dijo la mu