Joel
No podía creer lo que pasaba, no entendía nada de lo que estaba ocurriendo, solo hace unas horas mi amigo estaba bien, feliz y emocionado por volver a casa con su familia, pero de un momento a otro está en esa cama debatiéndose entre la vida y la muerte.
No voy a negar que sentía pena por Adriana, porque se que no es fácil lo que ella sentía, y estaba preocupado por cómo está situación podía descompensarla, por ese motivo me quedé con ella en la habitación, cuidando que no le pasara nada y que todo estuviera bien en ambos.
No había dormido bien esa noche, a mi mente venían los fragmentos de recuerdos de esa chica, la amiga de Adriana, estaban juntas cuando llegue al hospital y sin duda estaba más preciosa de lo que recordaba.
En ese momento llevaba su uniforme blanco y su cabello recogido pero seguía siendo preciosa.
Tanto como en este momento, teniéndola frente a mi ahora sabiendo que se llama Megan y luciendo un pantalón de mezclilla con una blusa azul y sandalias de plataforma blancas, su cabello estaba suelto y no llevaba maquillaje.
Me concentre tanto en mirarla que no me di cuenta de lo que pasaba, Cristi había vuelto y con ella mis pequeños sobrinos, esos dos niños a los que adoraba y en este momento sentía como mi corazón se rompía al verlos en esa situación.
-¿Porque no vamos a comer algo? - pregunto la rubia atrayendo mi atención
-¿Puede venir el tío Joel? - pregunto Emma lo que me ocasionó una sonrisa
-No creo que....
-Encantado de acompañarte Bambina- mencione antes de que la rubia dijera algo que no quisiera escuchar.
Tome la mano de Emma y los cuatro salimos de la habitación dejando a Cristine y Adriana solas para que pudieran hablar.
Caminamos hasta recepción y mire a los niños
-¿Qué les apetece? - pregunte y ellos se miraron entre si
-No hemos desayunado tio- menciono Leo y Megan asintio
-La comida aquí es un asco, vamos a la cafetería de enfrente- sugirió y ellos sonriero
-Claro tia- Emma tiro de mi mano hasta la puerta.
Llegamos a la cafetería y entramos para después sentarnos en una mesa junto a la ventana.
Les pase la carta a los niños y ellos comenzaron a leerla, por mi parte me quede mirando a Megan quien estaba mirando hacia la ventana
-No hemos podido presentarnos antes- giro su rostro y me miró apenada
-Tienes razón, Megan Montero- extendió su mano hacia mí y sonrei
-Joel Santoro- tome su mano y ella sonrió un poco
-Queremos postre- menciono Emma
-De ninguna manera su madre me mata si les doy dulce tan temprano- menciono la chica y ambos sonrieron
-Era broma tía Meg- Leo la tranquilizó- No tenemos ganas de comer dulces- menciono triste lo que ocasionó que ambos nos miraramos por unos segundos antes de volver la mirada a ellos
-Les propongo un trato- menciono tomando las manos de los niños- Pedimos su desayuno y vamos al parque un rato ¿Les parece? - pregunto y ambos asintieron sin ánimos lo que ocasionó un suspiro de la chica
-No lo tomes a mal- mencione- Solo están preocupados- le asegure y ella miró hacia la ventana antes de que el color de su rostro bajará y mirara a los niños para pedir el desayuno, la curiosidad pudo conmigo y mire hacia la ventana donde un doctor miraba hacia ella, eso era extraño pero no le tomé importancia.
Después de que los niños comieran los llevamos al parque como Megan les había prometido, era un lugar solo por lo que no hubiera problema en que Emma jugará con Leo.
Ambos nos sentamos en una banca mientras los mirábamos en silencio.
-¿A que te dedicas? - pregunto y yo la mire
-Soy abogado- Su mirada se cruzó con la mia y miro rápidamente a los niños- Tengo un bufete importante y trabajo con Alexei- continue- A lo que me di cuenta ayer eres Doctora- ella sonrio
-Pediatra, vine de intercambio por un año- asentí
-Eso es genial, ese intercambio me permitió conocerte- me miro sorprendida y sus mejillas se tornaron rojas antes de separar su mirada de mi
-No creo que algo tan asi- su postura cambió y su mirada se volvió un poco fría- Hubo otros aspectos que me obligaron a tomar el intercambio- menciono lo que activo mi curiosidad
-Me gustaría conocerte Megan- fui sincero
-¿Porque quieres conocerme si apenas me conoces? - pregunto confundida
-Te conocí en el aeropuerto, te vi de lejos, llamaste mi atención al instante- mencione y ella sonrió burlona
-¿Osea que soy una presa para ti? - pregunto haciendo que me sorprendiera
-Yo no he dicho eso- trate de justificarme pues no era eso lo que intentaba decir- Mira Megan estas entendiendo mal- tome su mano y su cuerpo se tenso al instante y me miró antes de alejar su mano
-Mira Joel, si solo quieres acostarte conmigo esta bien, no tienes que fingir que quieres conocerme para luego deshacerte de mi como si fuera un panuelo desechable- abrí mis ojos sorprendido
-Megan yo no he dicho eso- hable pero ella nego- Solo que me pareces una mujer interesante- suspiré esta mujer si que era difícil
-Tía Meg, ¿Están peleando? - pregunto Emma y yo negue
-No es así Em, son cosas de grandes- mencione y ella me miró como si le estuviera mintiendo
-La has liado tio- Leo se acerco y sonrió- La tía Meg es difícil de conquistar- la chica a mi lado comenzó a tocer como si se estuviera ahogando por lo que rápidamente dla auxilie pero me apartó, lo que indicaba que Leo tenía razón esta chica era dura de conquistar.
-¿De dónde sacas eso cariño? - pregunto con su voz ronca
-Es que con lo que te paso..
-Olvidemos eso Leo, es pasado- lo interrumpió - Mejor regresemos el hospital su madre estará preocupada- se puso de pie y tomó su bolso.
-Mejor hacemos caso- mencione a los niños y ellos asintieron tomando mi mano.
No entendía que pasaba en la vida de Megan y tampoco porque intentaba alejarse de las personas.
Llegamos al hospital y entramos a la habitación, Adriana estába sola tomando la mano de mi amigo, si era difícil para mí no podía imaginar lo que sienten los tres.
Me quede un rato más hasta que recibí una llamada de trabajo.
-Señor hemos encontrado algo- mencionaron al otro lado de la línea apenas y respondí la llamada
-Perfecto, te veo en el bufete en media hora- respondí y termine la llamada- Adri tengo que irme- me acerque a ella y la abrace- Regreso en un rato- ella asintio y yo suspiré mirando a la chica- Lamento el malentendido- ella asintio sin decir nada y me acerque a la puerta.
Mire por última ves a Megan y suspiré antes de salir e ir hasta mi oficina.
Al entrar me encontré con el investigador y lo hice pasar a mi despacho, me comentó todo lo que había encontrado y el supuesto responsable del accidente, sabía que era atentado pero aún así no reconozco el nombre, no me suena en lo absoluto pero era algo que descubrirá tarde o temprano.
Ahora mi verdadero propósito era llegar a Megan, mostrarle que entendió mal porque si, era jodidamente sexy y la quería en mi cama pero no por una noche, sabía que eso no bastaría, Megan me gusta y tenía que mostrárselo, ganarme su confianza porque de verdad quería conocerla, tratarla y tal vez lograr llegar a ese corazón de hielo que tenía.
Megan Montero debía ser mi mujer, ella había desatado ese deseo de cuidar de una mujer y ¿Porque no? Tal vez y ella logre domar el mujeriego que llevo dentro.