—Sabes, para ser un cuarto hombre lobo, no muestras ningún respeto por tus mayores —dijo Gerhard.
—Lo sé. Qué lástima que nunca me entrenaran como es debido —dije—. Nos vemos al mediodía.
Gerhard volvió a abrazar a mamá y luego estrechó la mano de papá. Se fueron a la cama, y esta vez, nadie los oyó teniendo sexo.
"¿Vamos a follar?" preguntó Gretchen.
"Mi cama está ocupada en este momento, ¿dónde sugieres que follemos?"
"Sabía que Brenda tendría una polla dentro esta noche."
Ten corazón, Gretchen. Cuando la llamé para hablar de esta reunión, me dijo: «Por favor, basta de putas citas a ciegas». Está criando a un niño travieso como madre soltera. Dudo que haya tenido sexo en seis meses. Apuesto a que tú lo has hecho mucho mejor.
"Ahí me tienes. Tengo algunos amigos con derechos".
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