Sentado en la terraza, Devak observaba sin poder evitarlo a cierto omega, quien parecía divertirse en el corral de entrenamiento con uno de los caballos, y no precisamente cualquiera, sino que con el mismo Storm que tantos problemas le había dado a su tío según había oído. Contemplando la felicidad en el rostro de Mattias mientras daba vueltas sobre el caballo ya no tan salvaje, el alfa frunció ligeramente el ceño tras recordar su conversación un par de noches atrás, aquella que había impedido que hiciera una tontería. Pensar que Mattias había visto ese lado de él que no quería mostrar a nadie, le dejaba confundido, asustado y... Esperanzado. El omega estaba siendo tan terco en no dejarle solo aun cuando se lo pedía a gritos, de no rendirse con él a pesar de que él mismo ya lo había hec

