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1287 Words
ADAM
- Lamento que hayas tenido que dejar todo en California, pero no nos ha quedado de otra.
- Está bien ma entiendo que es por nuestro bien, no está de más empezar de nuevo aquí.
Adam y su madre Patricia Thompson, luego de varios días de haber llegado al país, fueron a inscribirlo a la universidad para seguir la carrera de administración, ya iban de camino a la nueva casa donde se habían mudado, tendría que iniciar una nueva vida, eso implicaba también conocer nuevas personas, muy dentro de sí sentía tristeza por alejarse de sus amigos y todo lo que tenía en su antiguo hogar pero no diría nada para no crear discusión con su madre. Sabía todo lo que había vivido y solo quería verla feliz, aunque eso implicaba salir del país, alejarte de amigos que conociste desde la infancia y todo lo que se pudo construir es sus escasos 20 años.
- Tu tío nos habló muy bien de esta universidad.- Le dice su madre mientras le da un abrazo.
- Se ve que tiene un buen ambiente, podré hacerlo ma. - Le da una pequeña sonrisa tratando de ocultar el miedo que sentía de no encajar en el lugar. Aunque haya ganado muchos amigos en su país, empezar de nuevo con nuevas personas lo aterraba en gran manera.
- Vamos a la casa y preparemos todo para mañana, que será tu primer día.
- Está bien.
* * * * * * * * * * * *
- ¡Ya basta! ¡Estas borracho, Adam puede oírte! – Gritaba con desespero su madre.
- ¡¿Entonces por qué no me haz preparado la cena?!
- ¡Ya te lo he dicho que lo estoy calentando para ti!
- ¡Eres una inútil! ¿¡Crees que comeré esa basura!?
- ¡Ya deja de gritar!
- ¿¡Que!? ¡Ese engendro ni siquiera debió de venir a este mundo!
- ¡Tú no tienes corazón como puedes decir eso! ¡También es tu hijo!
- ¿A quién le importa esa tontería? ¡te dije que no lo tuvieras, esto es un fastidio!
- ¡Algún día!
- ¡¿Algún día que?! ¿¡Crees que puedes irte de aquí!? ¡No hagas que vuelva a golpearte para que sepas quien manda en esta casa!
- ¿Papá, mamá?
- Adam, cariño, ve a tu habitación cariño.
- ¡Ya basta! ¡Duele! ¡Detente por favor!
Adam despierta aturdido con el rostro empapado en sudor y lágrimas, un sueño que día a día lo seguía desde pequeño. Su madre había decidido dejar a su padre luego de mucho tiempo de haber vivido todo tipo de violencia hasta que el hombre con quien había formado una familia intento golpear a su único hijo, razón suficiente para darse cuenta que debían huir, pero como sus vidas corrían peligro su madre tomo un trabajo que les obligaba dejar el país para ir a Perú. Dejando todo atrás para empezar una nueva vida.
Aún era muy temprano como para alistarse para su primer día en la universidad. Decidió seguir la carrera de administración para poder ayudar a su madre, su padre era una persona violenta, a pesar de eso él no lo odiaba pero daría la vida por la mujer que siempre intentó protegerlo de sus golpes. Allí estaba él con la mirada fijada en el techo pero con su mente intentaba animarse de que todo irá bien.
No conocía casi nada del país donde iniciaban sus vidas solo el idioma nativa de su madre y algunas costumbres, pero esperaba que esta no fuera una mala experiencia, deseaba con todo su corazón que no se topara con personas igual de malvadas que su padre. Sus ojos se vuelven a cerrar deseando con todas sus fuerzas que su anhelo sea oído.
- ¡Adam! ¡Cariño, ya estas despierto! - Grita su madre desde la puerta de la cocina.
Adam abre los ojos de par en par en un sobresalto, mira el reloj que se encontraba en la mesita de noche.
- ¡Oh! ¡No puede ser, me quedé dormido! – Grita saltando de la cama de inmediato para ir al baño a ducharse. - ¡Ya maa! – Dándose una ducha rápida para luego ir junto a su madre.
- ¡Ten algo de galletas para el camino! – Dice extendiendo un pequeño bol en sus manos mientras Adam los toma y sale corriendo intentando detener a un taxi.
A pesar de que el taxista haya sido habilidoso al manejar de todas maneras el tiempo seguía en su contra.
- ¡Por favor, podría abrirme! - Adam intentaba ingresar al edificio, pero el guardia ya había cerrado la reja que unía el edificio con el patio enorme de la entrada.
- ¡Ya han pasado los 15 minutos de tolerancia joven!
- Es mi primer día, ¡prometo no volver a llegar tarde! - Juntó sus manos suplicando para que lo dejar entrar.
- Está bien joven, yo solo cumplo con el horario. - Dice el guardia y vuelve a abrir la reja.
- ¡Mil gracias! - Vuelve a tomar velocidad en dirección a una de las aulas, hasta que sin darse cuenta dio contra un cuerpo duro y ambos caen al suelo.
- Lo siento, ¡lo siento! – Repetía intentado tomar los cuadernos que cayeron con el impacto.
- ¿Que te sucede?, ¿¡acaso estas ciego!?
- ¡Ya he dicho que lo siento! o ¿no?
- ¿Y acaso con tus disculpas se limpiará mi camisa?
- No lo creo, ¡además ni siquiera se nota! - Intenta sacudir la ropa de esta persona, que no sabe por qué pero logro irritarlo con sus gritos en poco tiempo.
- No me toques, ¡que me ensucias más! - Quita de forma brusca las manos de Adam.
- Aaaiishh, ok ten tus cosas, nuevamente me disculpo pero debo ir a la clase. - Le entrega los cuadernos para retirarse rápidamente de ese lugar.
- Ya que… - Bufaba molesto el joven.
* * * * * * * * *
- ¿Qué fue eso Iam? - Pregunta Brendan, quien vio el incidente desde lejos.
- Un torpe chocó contra mí, ¡¿mira nada más como quedo mi camisa?! ¡Definitivamente este lugar es una mierda!
- ¡Oyeee! ¡Esa boquitaaaa! - Marie se acerca a ellos sorprendida.
- ¿¡Qué!? ¡Es la verdad! ¡Qué fastidio! vayamos a la clase, ya quiero que termine este día.
* * * * * * * * *
- Buenos días chicos, por si han olvidado mi nombre volveré a recordárselo soy el Sr. Connor, quiero presentarles a un nuevo compañero y espero que puedan llevarse bien con el chico, viene de otro país así que sean buenos anfitriones, pasa Adam. Él es Adam Thompson, ponte aquí a mi lado y preséntate.
- Hello, mmm perdón hola, mi nombre es Adam, vengo de San Francisco, espero que seamos buenos compañeros.
- ¡Esto no puede ser cierto! – Suspira molesto Iam y Brendan lo mira curioso.
- ¿No fue el chico con el que chocaste? - Pregunta Brendan con una sonrisa.
- ¡Cada vez odio más este lugar! - responde Iam con fastidio
- ¿De que me perdí? - pregunta Marie mirando a sus dos amigos.
* * * * * * * * *
- Definitivamente hoy no creo que sea mi día… - Pensó Adam viendo que uno de sus nuevos compañeros será el chico con quien tuvo el incidente antes de ingresar a clases.
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