Mi llanto no cesaba, era como si tuviera toda esa tristeza acumulada en mi pecho desde hace mucho tiempo y realmente aun no entendía por qué me sentía de esa manera, aunque sí tenía una sospecha no había forma de comprobar que fuera cierto porque jamás había estado enamorada, siempre mis relaciones eran más que todo superficiales y nunca llegaba a conocer más a fondo a esa persona con quien me encontraba en el momento, solo era… algo físico.
- Ahora sí, cuéntale a esta vieja lo que te tiene así de triste
- Nanita, son tantas cosas, tu eres la única que conoce lo que sucedió entre Alejandro y yo cuando estábamos en la escuela, y ese imbécil ahora pretende hacerse el inocente y dulce paloma delante de mis padres
- Ese joven al principio me pareció muy bueno, pero después de
