Era la tarde previa al cumpleaños de Lyanna, y estaban a tres días del viaje a Miami para la fiesta. Melissa había recogido a su hija después de la escuela y juntas se dirigieron al aeropuerto para recoger a Noah que llegaba junto a su esposa e hijo para pasar el día del cumpleaños de Lyanna junto a ella. Las abuelas de la adolescente se habían encargado de ultimar detalles, y todo parecía estar listo para su llegada el viernes por la noche. Melissa estaba realmente agradecida, pues con la fecha de entrega acercándose a grandes zancadas, no había puesto atención a su teléfono en los últimos días. Suspiró llena de alivio cuando finalmente pudo estacionar su camioneta en el estacionamiento del aeropuerto después de haber estado atascada en el tráfico, y en la cola para ingresar. Sabía que

