Volverás a donde nunca has ido

1148 Words

La noche pasó lenta, sucede cuando se duerme muy poco, pero hay que permanecer en la cama, casi sin hacer ruido. Magdalena estuvo la mayor parte del tiempo con los ojos cerrados y el pensamiento en las cosas del pasado. No quería, le atormentaba hacerlo, pero tampoco podría pararse a caminar o distraer la mente con oficios de la casa. Porque, hasta esa hora, para todos lo que allí vivían, ella no existía.  Pensaba en Domingo y sentía como en el pecho se abría un espacio, con una magnitud capaz de succionarla. El dolor era fuerte, como taladrante y espeso, insufrible. Con todo lo que ha pasado, y las situaciones que se presentaron, ni siquiera tuvo tiempo de sentir el vacío que le había dejado el tener que renunciar a él. Pero lo que más le dolía era no poder explicarle que realmente lo ama

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