Magdalena continuaba con las compras de las provisiones para la comida en la casa, sabía que dentro de poco era momento de retomar todas las actividades. El dolor de Gloria cesaría o talvez lo camuflaría, pero terminaría por darse cuenta que no quedaba más que continuar.
Domingo caminaba a su lado, en ocasiones sus manos se rozaban como si él tratara de tomarla, pero ella la retiraba de una vez. Aunque sabía que su relación con él no era secreto para las personas, lo mejor era no dar más tema de conversación, no le interesaba que todos los ojos se centraran en ella, para que después no empezaran a preguntar por su origen o la historia de su pasado, que tanto le ha costado dejar. Él hombre se molestó un poco y ella lo notó, pero detenerse a hablar de eso era perder el tiempo. Solo le queda
