Un trato con la heredera

Capítulo 1: El préstamo

JASPER

—Vamos Scott, corre, corre—Le grito a mi hermanito, después de que robamos uno de los pasteles de la señora Charlotte por tercera vez esta semana—Brinca

Le ordeno, ayudándolo a salir por la ventana, aun es pequeño, pero muy ágil, y escurridizo, cuando veo que sus ojos se nublan al ver tras de mi, cuando giro una señora de ojos tan grises y mirada fría toma del brazo a mi hermano, le ayudo a escapar pero ella me toma por la muñeca con una mano, y del cuello de la camisa por el otro.

—Ahora si pequeño ladrón, vas a saber lo que es educación

Me despierto de golpe cayendo de la cama, como si aun estuviera huyendo de ese recuerdo, aunque ese, es uno de los mejores que tengo.

Despierto a mi hermano en la habitación siguiente.

—Scott no seas holgazán levántate—Le grito por la puerta, bajamos al local, el por el ascensor que adaptamos después de su accidente. Charlotte nos espera abajo con su mandil y sus cabellos completamente canosos.

—Buenos días, muchachos—Nos dice, con su mirada tierna, hace años que no nos mira con desaprobación.

—Buenos días Charlotte—Decimos casi al mismo tiempo, aunque Scott, quedo en silla de ruedas hace un año, el parece tomarse la vida con alegría, y nos ayuda en todo lo que puede, limpia las mesas, y a veces nos ayuda a atender el mostrador. Mientras que Charlotte se encarga aun de los pasteles. Y a mi me toca completamente poner la cara, en el mostrador, con una falsa sonrisa. Pero ayudo a Charlotte siempre que puedo en la cocina, en especial, cuando tenemos algún evento que atender. Veo algunas cartas del banco en la barra antes de limpiar todo

—¿Charlotte? ¿Qué es esto? —Le pregunto, y sus ojos grises se oscurecen

—Nada de lo que debas preocuparte—Me dice intentando quitarme las cartas pero lo evito, hace mucho que soy mas alto que ella, pero aun sus ojos grises son dominantes.

—Me preocupa, porque son del banco, Charlotte—Tomo una y la abro aun con ella quejándose a mi lado—Charlotte, necesitamos pagar esto

—Ya me ocuparé yo de eso—Me dice quitándome la carta, y suspiro

—¿Pide una prorroga? —Le digo

—Ya no me la dan, por mi edad—Me dice molesta, y aun con los ojos ensombrecido

—Yo me haré cargo—Le digo sonriéndole, para tratar de calmarla

—No quiero que vuelvas a robar

—No lo haré, Charlotte, iré al banco—Scott solo nos observa con tristeza, el piensa que a raíz de su accidente nos hemos endeudado, pero la verdad es que el negocio, venia un poco mal desde hace unos años, pero ahora nos esta yendo bastante bien, desde que una amiga, vecina de Charlotte, nos ayuda a darnos a conocer en redes.

El día pasa de lo mas normal, hay buena venta, buen movimiento, y Scottie esta animado.

—¿Sabes que te acompañaré? —Me dice Scott

—Lo sé, no iría sin ti a ningún lado—Le digo sonriéndole.

—Hola chicos—Nos saluda Briana, entrando, justo cuando ya estamos recogiendo para alzar

—Hola Brin—Le digo alegre, y ella se sienta junto a Scott, Brin es la chica que nos ha estado ayudando, es genial, la conozco desde hace 5 años, y no sabe todo nuestro pasado, pero sabe que es complicado, y no nos presiona a hablar de ello. Mi hermano la ve con una adoración exagerada, y lo entiendo, Brin es guapa, es delgada, con ojos verdes, rubia, y por lo que dicen los chicos de aquí, es buena en la cama, pero sé que Brin no esta interesada en Scott, porque en repetidas ocasiones, ella me ha dicho lo mucho que le gusto. Pero yo simplemente no le haría eso a mi hermano. Así que Brin es como una mas del clan.

—¿Cómo les fue hoy?

—Bien—Le digo poniendo una mesa sobre otra—¿Y que te trae por aquí Brin?

—Vengo porque necesito refugiarme de casa—Levanto la ceja en sorpresa—Amanda tiene chico en el departamento

—¿El rockero? —Pregunta Scott

—No, este es mas bien hippie—Dice Brin arrugando la nariz, y yo me río—¿Me dan asilo esta noche?

—Claro, ya sabes te puedes quedar en mi habitación, y yo me quedo con Scott, o en la sala—Le digo y ella asiente, la ultima vez que se quedo aquí, yo había estado bebiendo con unos amigos, me quede en la sala, y hasta donde recuerdo, terminamos enrollándonos, ella jamás lo mencionó y yo ni si quiera lo recuerdo, pero desde entonces no suelo tomar, y menos estar solo con ella.

Por la mañana me levanto temprano, para ir al banco, no despierto a Brin ni Charlotte, pero si a Scott, me mataría si no lo llevo. Nos alistamos y nos vamos en la camioneta de Charlotte. Al llegar al banco, suspiro antes de entrar,

—Todo saldrá bien Jasper—Me dice Scott a mi lado, entramos, y un ejecutivo nos atiende a los 10 minutos de esperar

—Bien señor Samasa—Me dice un señor de mediana edad, con ojos tan pequeños que parece caricatura, vestido de traje y con el cabello lleno de gel, o cera, no lo sé—¿Qué puedo hacer por usted?

—Si, mire, lo que sucede, es que quería solicitar una prórroga, para este crédito—Le extiendo el papel

—Señor, usted no puede solicitar esa prorroga

—Y un préstamo…—Le digo con preocupación, debo hacer algo para ayudar a Charlotte, ella nos ha cuidado desde hace 11 años o mas, y no puede perder su negocio. Es el trabajo de su vida.

—Claro, necesitamos un comprobante de algún patrimonio a su nombre, para poder avalar el préstamo—Mierda Pienso, porque si que hay propiedades a mi nombre, pero debo reclamarlas y eso no va a pasar, tendría que volver a ver a ese bastardo que nos engendró. Suspiro

—¿No hay otra manera? —Pregunto

—Alguien que sirva como aval, y obviamente no puede ser la señora Charlotte—Me dice adivinando mi pensamiento

—De acuerdo, gracias—Le digo, dándole la mano cortésmente, para salir por la puerta con algo de orgullo, no tengo ni idea de que haré. Cuando llego a la casa, ya esta abierto, Scott, como no pudo estar en la plática, no sabe bien lo que me dijeron, pero sabe que no fue nada bueno, al ver mi cara de preocupación. Por ver a mi hermano, no vi a dos chicos que venían caminando, lo que provoco que chocara con la chica

—Lo siento—Le digo tomándola suavemente del brazo, para evitar que se caiga y fueron 3 segundos que la miro a sus ojos color aceituna, y abiertos en sorpresa

—No hay cuidado—Me responde con una voz suave, y con sus mejillas ligeramente coloradas. Al girarme con mi hermano de nuevo, me hace sonreír de manera involuntaria. Nos subimos a la camioneta y vamos de regreso.

—Hola chicos, ¿Cómo les fue en el banco? —Me mira con esperanza, no puedo romper su esperanza

—Bien Charlie, van a considerar la propuesta para el pago, tengo que ir en una semana de nuevo

—Eso es maravilloso—Me dice Charlotte abrazándome, y mi hermano me mira con culpa. Debo buscar una forma. El día va muy bien, tenemos mucha venta, y Scott a tenido que atender las mesas, e incluso Brin nos viene a ayudar a atender la caja, mientras yo ayudo a Charlotte en la cocina, ya no tiene tanta fuerza como antes. Cada vez paso mas tiempo en la cocina con ella.

Al terminar la jornada, cerramos con calma, limpiamos

—¿Saldrás hoy? —Me pregunta Charlotte, con su cara de desaprobación

—No creo, pero iré solo con Gio—Y cometí el error de decirlo en voz alta

—¿Vas ir a trabajar al bar? —Me pregunta porque solo veo a Gio, cuando trabajo en su bar

—Si, sirve de distracción, y tal vez encuentre alguna chica—Le sonrío, y le guiño el ojo coqueto, ella ríe

—Eres de lo peor—Me dice y yo me río.

—Brin ten—Le digo, dándole algo de dinero, por ayudarnos hoy

—Jasper, no tienes que pagarme, ¿Lo sabes?

—Si debo, invertiste tu valioso tiempo en ayudarnos hoy, así que… no es mucho, pero al menos es algo.

—Gracias—Me dice tomando el dinero.

—Bueno, me voy a cambiar, voy al bar—Les digo y mi hermano me mira con molestia, me pongo una camisa y pantalón de vestir, zapatos y salgo, pero en la puerta me detiene Scott con Brin a lado

—¿Cuándo se lo dirás a Charlotte? —Me dice

—¿Decirle que? —Le pregunto frunciendo el ceño, y el me mira con desaprobación—Scott, tu la viste, no puedo… encontraré una forma

—Solo no hagas tonterías hermano—Me dice y yo suspiro, nunca he podido prometer que no lo haré, porque debo decir que soy bastante tonto a veces, e impulsivo.

Cuando llego al bar, Gio me recibe con los brazos abiertos

—¿Me das trabajo esta noche? —Le pregunto

—Claro que si, cuando atiendes la barra, es cuando mas entrada de dinero hay.

—Exageras—Le digo, porque Gio, dice que cuando estoy yo, las mujeres hacen fila para comprar tragos

—Aun no entiendo, porque no ves lo galán que eres, hermano—Me dice riendo—Venga a trabajar.

Atender la barra no es difícil, a los 18 Gio y yo nos conocimos, el es 3 años mayor, y abrió un bar, para alejarse del negocio de su padre. Me recibió aquí para aprender a servir tragos, y simplemente llevamos 7 años de amistad, y el si es el único que conoce toda mi historia junto con Scottie, y me recibe una o dos veces por semana para atender su barra. Aunque el piensa que las chicas vienen por mi, la verdad es que solo me coquetean para que les regale tragos, pero la vida me ha enseñado que todos deben pagar algo. Y no confiar en las mujeres. Le ayudo a hacer corte y recoger el bar.

—Venga, toma un trago conmigo—Me dice sentándose en la barra, me siento a su lado y pone dos shoots de tequila en la barra, tomo uno—¿Ya me vas a decir que haces aquí?

Me río y miro el vaso, después de beberlo de un golpe, suspiro

—¿Tan bien me conoces? —Le pregunto sonriendo de medio lado

—Si—Dice sirviéndome otro trago, veo la hora entre sus vitrinas son las 6 de la mañana.

—Necesito 20,000 para pagar lo que debe Charlotte al banco, o le quitarán su casa y el local—Suspiro y paso mi mano por mi cabello, que ya esta largo

—Yo puedo darte el dinero Jasper—Me dice, pero el sabe que no aceptaré su dinero, sé que es de buena fe, pero yo conozco sus finanzas y para recuperar esos 20, necesitará pedirle a su padre, y es lo que no quiero que haga—Pues aquí, tienes el trabajo que quieras.

—Gracias—Respondo

—Mientras aquí esta tu pago de hoy—Me extiende el doble de lo que paga

—Gio…

—Vamos, solo esta vez—Me dice y acepto, porque no me puedo dar el lujo de rechazar 1000, me extiende una tarjeta—Esto puede sacarte de un problema, llámala.

Es una tarjeta negra, con una M escrita en el centro y un código QR. Me explica lo que es. Y escucho atentamente.