Lynda mantenía su mano extendida, con la cadena, esperando el médico la tomara, este tomó su mano recogiendo la cadena y se la colocó en la palma. —Lynda, no voy a quitarte el único recuerdo de tu madre, no te preocupes, pasarás la noche hospitalizada, así podremos ver tu avance. Ahora, déjame chequearte esos moretones y aplicar un poco de crema, para aclarar esos moretones, vas a quedar como nueva —expresó sonriente. Ante la atención del hombre, la chica sintió una calidez en su interior, por primera vez sintió ser importante para alguien, sus miradas se cruzaron por un momento, ella intentó apartar la vista, mas él no lo permitió. —¿Tan feo soy que no deseas verme? —inquirió haciendo un cómico puchero, causando una carcajada de Lynda. —Usted no es feo, se parece a los prí

