Dante Ella está parada en las duchas. Su delicioso cuerpo desnudo está disponible para que yo la tome en este mismo lugar. Justo frente a mis ojos se encuentra esa figura simple, pero que ante mis ojos la miro exuberante, como ninguna otra mujer. No hay belleza más sensual que una mujer sexi sin esforzarse por serlo. Llevo unos cuantos minutos aquí de pie, a una distancia donde ella no me puede ver. Miro cómo se duchaba en silencio. Mis ojos se desvían por todas sus curvas. Las burbujas del jabón recorren toda su piel. Mi deseo empieza a incrementar más. Quiero acercarme para seguir el rastro de la espuma y así poder acariciar su suavidad, pero solo la contemplo desde donde me encuentro. Su cabello dorado, el cual me encanta, está mojado y cae en sus hombros y espalda. Ella está de es

