Solo fue un momento el que tuvo para ver con detalle esos ojos, sintiendo la necesidad de retenerla entre sus brazos por un poco más de tiempo… pero entonces reflexiono sobre lo que estaba haciendo, por años le estuvo huyendo a liarse con una mujer que trabajara para él. Y allí estaba como el perfecto idiota con la secretaria entre sus brazos ¿Qué diablos pensaba hacer? ¿Besarla? Por fortuna no tuvo que pensar en una respuesta ya que Yoelis lo separo colocando ambas manos sobre su pecho para apartarlo suavemente.
—Lamento mucho el infortunio señor D´Lukas, espero que pueda recobrar su llaves muy pronto.
—Eh, si—Contesta asombrado, ya que cualquier otra mujer se hubiese quedado por horas en sus brazos y hasta quizás lo hubiese besado y algo más…
Yoelis acabo por alejarse, le dedico una m
