El Contrato

1165 Words
Después de dejar la enorme empresa, no podía creerlo. Yo iba a casarme con mi amor platónico, sé que eran circunstancias horribles pero al menos iba a poder verlo y sobretodo podría ayudar a mi madre y a mi hermano. Al día siguiente mi madre se despertó al rededor de las 8 de la mañana. —¡Hija levántate, allá abajo hay un hombre que dice que es tu futuro esposo! —Mi madre anunció con sorpresa. —¿Nick está aquí madre? —pregunté asombrada. —¿Entonces, es cierto? Te casas y no nos habías dicho nada, ese es el hombre de tu celular. —Dijo mi madre. —Mamá, déjame vestirme por favor, necesito bajar pronto. —Dije con premura, no quería hacerlo esperar ni alargar más esta situación incomoda. —Te espero allá abajo, pero tendrás que darme una muy buena explicación. —Advirtió mi madre antes de salir de mi habitación. Me tomó solo diez minutos arreglarme o por lo menos tratar de estar presentable, es decir, no era una chica a la moda, solo era diseñadora de lencería, que por cierto modelaba siempre para mí misma. Al bajar a la sala “El gran Nick Harrison” estaba sentado con sus piernas cruzadas una sobre la otra y llevando una tasa de café a su boca. —Buenos días. —Saludé. —¿Hermanita pero que fue lo que te pusiste? —Dijo mi hermano, mofándose de mi vestimenta. —¡No te metas! ––Respondí cortante. —¡Buenos días! ––Saludó Nick. —Señor, recién me acabo de enterar de que mi hija se va a casar con usted, es decir, siempre he sabido que usted es su amor platónico y hasta de fondo de pantalla en su celular lo tiene, pero jamás pensé que fuera real. —Dijo mi madre, terminando por avergonzarme aún más. —Entiendo. Si no se opone, me gustaría que me conceda la mano de su hija. —Dijo Nick, fingiendo su pose mas encantadora, casi sonaba real. —¡Pensé que mi hermana nunca se casaría y mira, lo hará con un hombre rico! —Dijo mi hermano Rafael con su acostumbrada falta de tacto. —¡Rafael, guarda silencio por favor! —dije de manera enérgica, esto no podía ser mas vergonzoso. —¿Hija, tú estás segura de querer casarte? —Esto era tan nuevo, que mi madre no pudo evitar cuestionarme. —Por supuesto mamá. —Respondí. —La boda será dentro de un mes, y será en mi mansión. —Dijo Nick. —¿No se casarán por la iglesia? —cuestionó mi madre de forma inmediata. —¡Por el momento no señora, es una decisión que Alice y yo hemos tomado! —Respondió Nick de manera enérgica. —¡Si madre, tranquila! —Dije intentando calmarla. —¡Quería conocerlos, son muy agradables! Ahora debo irme. ¿Alice, me acompañas a la puerta? —dijo Nick. —¡Claro que sí! —Acompañé a Nick a la puerta y a la salida me puso algunos puntos en claro —Señorita la boda será dentro de un mes porque necesito que todos piensen que ya es una relación de tiempo atrás. —Advirtió Nick, había dejado de llamarme por mi nombre. —¿Y por que? —pregunté. —¡No olvide la regla número 1, no preguntar! —recalcó el hombre. —¡Sí señor, disculpe! —respondí, agachando ligeramente la cabeza. —El señor Jorge pasará por usted hoy a las 7 de la noche! Necesito que conversemos un poco y nos aprendamos lo esencial para sobrevivir ante las preguntas públicas. ––Dijo Nick. —¡De acuerdo Nick! —Respondí. —¡Para usted soy señor, en privado! ––Dijo enérgicamente. —¡De acuerdo señor! ––Asentí. Después de que Nick se fuera casa, entré rápidamente y ahí estaba mi madre parada como un guardia de seguridad. —¿Cuando pensabas decirme que te ibas a casar? —Cuestionó mi madre. —Te lo tenias bien guardado hermanita pero aunque te moleste me alegro mucho por ti. —Interrumpió mi hermano Rafael. —¡Mamá quería que fuera él quien lo hiciera, es todo! —Respondí. —¿Estás feliz con eso, hija? —Mamá siento que voy a explotar de la felicidad. —¡Si tú estás feliz, yo también lo estoy! —Dijo mamá. —Y yo también hermanita, me sentiré feliz por ti. —Muchas gracias por el apoyo, hay algo que deben saber, me iré a vivir a la mansión de Nick, tendré que dejarlos solos pero seguiré siendo responsable de sus gastos. —Anuncié. —Gracias hermanita, ya verás que cuando termine mis estudios te ayudaré con estos gastos. —Lo se, hermanito. Llegada la noche Jorge estaba tocando mi puerta a las 7 de la noche tal como había dicho Nick; llegamos a casa del gran Nick, era una mansión enorme, yo sentía que me faltaban ojos para mirar, disculpen mi ignorancia. Al entrar a la mansión Jorge me indicó que Nick estaba en su despacho, al entrar ahí estaba arreglando sus pantalones mientras que una mujer se ponía sus tacones. —¿Interrumpo? —Pregunté. —Por supuesto que sí. —Respondió Nick. La mujer salió sonriendo del despacho, sabía lo que pasaba ya que no era para nada tonta, como quizás parecía —¡Veo que es usted muy cariñoso! —Dije de manera entrometida. —No le interesa lo que haga con mi vida privada. —Respondió Nick de manera cortante. —¡Tiene razón, disculpe! —¡Enfoquemonos a lo que vino! —¡Usted dirá! —Aquí tengo el contrato. Le diré los puntos claros señorita. —Por favor dígame, estoy dispuesta a acatar esos puntos. —Asentí. —De acuerdo. No podremos tener hijos, no se enamorará de mí, no preguntarás sobre mis asuntos, en nuestras vidas privadas podemos hacer lo que deseemos. —¿Algo más que deba saber, señor? —No puede trabajar; mi esposa debe de ser una mujer dedicada a su casa y que así lo vea todo el mundo. —¡Entiendo señor! —Por último, su pago será depositado todas la semanas. —Muy bien señor. ––Respondí de manera diligente. —Ahora vamos a conocernos… Coincidimos en un restaurante hace ya un año y desde ese momento quedamos flechados, eso es todo. —Esa sería nuestra romántica historia de amor. —Entiendo señor ¿y en qué fecha? —¡Febrero, año pasado, día 15! —Muy bien, señor. —Está será su casa, así que es bienvenida. No quiero meterme en cómo se viste pero si pudiera hacer algún cambio sería bueno. —Disculpe señor pero esta soy yo y no pienso cambiar hasta el día que yo misma lo decida. —Dije tajantemente. —¡Tomé el contrato y firme! —Dijo mirándome con seriedad.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD