—¡Oh por Dios! ¿Qué haces? —Le grité a Nick, pero no obtuve respuesta más que aquella que me daban sus besos y caricias, sabía que estaba tomado de más, por eso intentaba quitármelo de encima pero no pude, así que me rendí a sus encantos.
Era mi primera vez, no sabía que hacer con ese hombre, realmente le deseaba bastante.
—Nick estás borracho, al día siguiente lamentaras esto —Le dije en voz baja.
Nick estaba totalmente desquiciado, no respondía a mis palabras, solo me besaba sin parar.
Nick besaba mi cuello, besaba mis labios hasta que él se entró muy dentro mí. Estiré mis manos sobre la espalda de la cama mientras estaba boca arriba y Nick sobre mí, lo próximo que se escuchaban eran los gemidos de ambos.
—Oh Nick, eres encantador —dije, aunque él no me prestaba atención.
Después de hacer el amor, Nick se quedó dormido al instante, durante un largo tiempo estuve observándolo, mi sueño se había hecho realidad.
Al día siguiente.
—¡¿Qué diablos pasó aquí?! —Grito Nick agitado
—¿No recuerdas lo sucedido? —Le dije con asombro.
—Oh por Dios, solo de esa forma me pude haber acostado contigo, embriagado.
—Sus palabras me duelen Nick— Le dije decepcionada.
—Su decepción no me importa, no la quiero ver ni en pintura, ¿escucho?
—Está difícil no verme, no olvide que estamos casados —le dije con desánimo mientras cruzaba mis brazos.
—En eso tiene razón, pero recuerde que esta será la primera y última vez que se acostará conmigo.
—Ni siquiera me gustó, no sabe cómo tratar a una mujer —Le dije mientras me levantada rodeada de mis sabanas.
—¡Que diablos acaba de decir? —Grito mientras caminaba hacia mí.
—Le repito señor, que no me gustó, he estado con hombres mucho mejores y que no se creen la gran cosa —Le dije mientras lo miraba a los ojos.
—Permítame reír (Jaja).
—Ría todo lo que quiera, ahora por favor salga de mi habitación ya que usted fue quien vino a mí.
—Anote bien la fecha, porque aquí no entraré más —Dijo mientras salía de mi habitación.
Maldito Nick, primero me busca y me hace el amor y después me insulta, pero sí cree que me hará sentir mal con su comentario se equivocó, porque le devolveré cada una de sus palabras.
Una hora después, bajé las escaleras y antes de que pudiera salir escuché la voz de Nick.
—¿A donde vas? —Dijo Nick mientras leía el periódico.
—Voy a la farmacia.
—No es necesario que vayas —Respondió con levantando las mirada.
—¿Por que lo dice?
—Porque soy estéril, señorita —Pronunció esas palabras mientras caminaba hacia mí.
—Lo siento, eso ha de ser terrible para usted.
—Lo era antes, ¡ya no! —Exclamó con mientras ponía sus manos sobre sus bolsillos se pantalón.
—Lamento mucho eso, todo hombre como usted desea tener hijos, aunque ya hay muchas formas de tenerlos —Le dije mientras lo miraba a los ojos.
—No hablemos más del tema, esta noche iremos a cenar con mi madre.
—Está bien señor —le dije con una leve sonrisa en mi rostro.
—Por favor, vístete de forma presentable porque es una reunión de negocios y mi esposa no puede ser la menos arreglada.
—De acuerdo señor —Le respondí mientras pensaba en que deseaba ahorcarlo por el desprecio constante que parecía tener para mí.
Nick y yo salimos al mismo tiempo de la mansión, me quedé esperando para ver si conseguía un taxi mientras lo veía irse con Jorge.
Después de esperar un largo tiempo al fin pude encontrar un taxi y fui directo a mi casa.
—Hola mamá, ¿cómo estás?
—Estoy bien y mejor ahora que te veo —Dijo mi madre con una gran sonrisa en su rostro.
—¿Amiga, qué haces aquí? —me preguntó Donna mientras me abrazaba.
—Necesito tu ayuda, tengo una cena de negocios en casa de la madre de Nick y necesito de tus habilidades para vestirme —Le dije con desespero.
Sin pensarlo mucho salimos de compras, quería verme lo mejor posible para la cena donde estaría con mi esposo…
Llegada la noche ya estaba en la mansión, maquillándome y vistiéndome. La nana entró para decirme que Nick esperaba por mí y que si no bajaba iba a dejarme, así que me apuré en bajar.
Mientras bajaba las escaleras pude ver el cambio en el rostro de Nick, no esperaba verme vestida de esa forma, llevaba un vestido rojo con un escote de hombros caídos, largo y una abertura lateral que dejaba ver parte de mi muslo.
—Ya estoy lista —Dije mientras me acercaba a él.
—Ya era hora, llegaremos tarde.
Nos subimos en el vehículo y la verdad Nick no fue caballeroso en ningún momento hasta que llegamos a casa de su madre.
—Aquí señorita, deberá de comportarse como una esposa cariñosa —dijo mientras caminábamos a la puerta de la casa.
—Por supuesto señor —Le respondí mientras ponía mi mirada hacia el frente.
Al entrar habían muchas personas elegantes y de buen parecer, muchos se quedaban mirándonos sorprendidos, algunos se acercaron para decirle a Nick que tenía una esposa muy bella.
—¡Hola hijo querido! —Dijo Glenys con una gran sonrisa.
—Hola madre, ¿cómo estás?
—Todo bien hijo, ¿y tú mi nuera querida, cómo estás? —Pregunto con su enorme carisma.
—¡Estoy muy bien y puedo ver que usted también lo está!
De repente un invitado nos interrumpió.
—Buenas noches, Nick es un gusto verte —Dijo el extraño.
—¡Gracias, igual —Respondió Nick sin ningún gesto en su rostro.
—Pasé por aquí porque me encantaría saludar a tu bella esposa.
—Ella es Alice —dijo Nick no muy convencido.
—Mucho gusto Alice, me llamo Alexis.
—El gusto es mío, Alexis —Le respondí con una gran sonrisa.
Pude notar que Nick se sentía incómodo con la presencia de aquel hombre.