Whitney Scott Después de ver a Reed salir hecho una furia, yo subí a la habitación para esconderme. Agarré el libro que había dejado en la mesita de noche y salí al balcón a sentarme en una de las sillas y así perderme entre páginas. No sabía qué horas eran o cuando entró Rosie haciendo un escándalo de donde estaba. Me había perdido totalmente del tiempo y me di cuenta de que me había pasado unas cinco horas leyendo la increíble novela. Si no fuera porque llegó Rosie a interrumpir mis aposentos, hubiera seguido leyendo. Hasta risa me da decir eso, “aposentos'‘. Desearía ser como Celaena, tener su fuerza, su aguante y determinación. Como dice Rosie es un completa perra. Pero de las buenas. —¿No te aburre pasar aquí encerrada? Puse los ojos en blanco. —Claro —levanté el libro —Esto e

