Los dos bajamos las escaleras y nos subimos a mi auto. El camino fue muy incómodo ya que ninguno de los dos habló.
Me encontraba bien enojado por que las cosas se habían complicado demasiado.
-Llegamos- dije sin mirarla mientras los guardaespaldas se estacionaban detrás de mí en las Jeeps.
Estaba bien encabronado y aun así tenía que seguir lidiando con el mismo problema. Eran las 9 de la noche, el día había transcurrido fatal. Todo fue tan rápido que no sé en qué momento las cosas llegaron hasta aquí, no sé cómo me lo permití. Me pase la mañana trabajando como un animal, sin descanso alguno para cuando llego a casa que me doy una ducha ni siquiera pude ducharme tranquilo, porque Angela empezó a gritar por la presencia de aquella mujer y en cuestión de segundos me dio una cachet
