Capítulo 6

4997 Words
Ya dentro quedo enamorada del lugar, tiene una pista de baile al final, un poco más oscura que del resto del local, tiene una barra hermosa súper plateada que le da un estilo futurista y elegante al sitio, también cuenta con mesas hacia la otra ala, donde las personas pueden tomar sus bebidas o comer algún plato que el mismo negocio ofrece, que por cierto son exquisitos según los chicos, y para mí exquisitamente caros. También está el área V.I.P en la planta de arriba, con vista a todo el lugar, lámparas que cuelgan del techo con una luz tenue, y la música esta alta, pero no lo suficiente como para dejarte sorda. Todos nos acomodamos en nuestra mesa y los chicos empiezan a pedir sus bebidas, yo por mi parte empiezo con un refresco, sé que no debería, pero quiero estar alerta hoy, no sé si Silva decida aparecer de verdad y yo no esté en mis cinco sentidos, prefiero tomar una gaseosa, hasta asegurarme de que no vendrá por ningún lado. Mientras rio con las chicas, y nos tomamos unas selfies para publicar, mi teléfono vibra, veo la notificación y no evitó sonreír, es Damián quién me escribe -Déjame decirle señorita Rou que usted se ve muy hermosa con ese atuendo, y no, no la estoy acosando, solo mire hacia arriba y verá que es casualidad que estemos en el mismo lugar- Cuando subo mi mirada, allí esta, mirándome con una sonrisa, y con otro cambio de ropa, se ve tan apuesto, que si me gustara, realmente estaría enamorada de él, pero hasta ahora lo veo como un amigo, nada más, uno que le estoy ganando mucho aprecio eso sí. Lo saludo con mi mano y le hago señas para que baje, no duda en venir hacia donde estoy, cuando lo veo acercarse me levanto de mi asiento para así tener un poco más de privacidad. -¡Damián!-¡Qué casualidad!-No sabía que eras de los que venía a lugares así- le digo en son de broma, no es que sea un viejo, solamente que lo veo muy serio y por eso me extraño verlo aquí. -Rou, no soy un aciano- lo dice rodando sus ojos -ando con unos amigos, estamos celebrando el Cumpleaños de uno de ellos, y para tu información, si ando en lugares así, además soy un buen bailarín- me habla con una mirada picarona, yo solamente me rio y le digo que eso se tiene que demostrar y no decir, mientras nos seguimos riendo de cosas triviales, suena una salsa casino, y no puedo evitar hacer un grito de júbilo porque soy fan de ese género musical, amo la salsa casino, amo bailarla y amo ver personas en la pista que saben realmente bailarla. Damián nota mi euforia al escuchar la música y se me acerca para preguntarme. -¿No me digas que sabes bailar salsa casino?- -Pues déjame decirte que tienes al frente una buena bailarina- Le respondo con mi mejor cara de orgullo. -Pues déjame decirte que tienes al frente también a un experto- dicho eso me extiende su mano invitándome a la pista, no la rechazo, y mis compañeros como saben que soy una experta en este género se emocionan y aplauden haciéndome sentir como la reina del lugar, no sin antes decirle a Damián que más le vale saber moverse porque según ellos, yo soy dura competencia, mientras él les guiña un ojo, nos adentramos a la pista que está un poco vacía. Comenzamos a bailar y siento la adrenalina correr por mi sistema, me muevo al son de la música, soy una con el compás, hago movimientos sensuales y coquetos con mis caderas, Damián me hace girar, me guía a través de la pista haciendo sus mejores pasos, y vaya que no mentía cuando me dijo que era un experto, los dos parecemos una pareja de baile casino profesional, y lo noto porque hemos quedado solos en la pista, ahora todos nos miran mientras nosotros somos los reyes del baile, pongo mi mejor cara de coqueta, mantengo mis brazos con delicados movimientos pero al son de la música, y para finalizar, Damián me hace girar para luego terminar yo pegada a su pecho, y luego de eso la música termina, todos nos aplauden, gritan, silban y nos felicitan por nuestro show, la música cambia y comienza una electrónica que está de moda. -Parece que hemos dado un buen show en el lugar- Damián habla a mi oreja un poco cansado pero emocionado, yo me giro para verle la cara y así poder responderle. -Sí, eso parece, la próxima vez cobraremos por esto- es lo primero que me sale, ya que estamos tan cerca que podríamos besarnos, pero no lo hago, no quiero cruzar esa fina línea entre amistad y romance. -La próxima vez será mucho mejor- Damián me mira, me mira y me mira, no dice nada, sus ojos van de mis ojos a mis labios, y yo no sé qué hacer, no es que no quiera que me dé un beso, solo que no quiero empezar así con él, apenas nos estamos conociendo, es muy rápido para mi pasar a otro nivel con él. -Si no quieres, no lo hago- me responde como si leyera mis pensamientos. -No es eso Damián, solo que no quiero confundir las cosas contigo- se separa de mi sin quitar el contacto visual. -Rou, no somos unos adolescentes, y siendo sincero, tú me gustas, me gustas demasiado y la verdad quiero poder tener algo más que una amistad contigo, pero no quiero presionarte, si no quieres cruzar esa línea aún, lo respeto y prometo darte tu tiempo, solo te pido a cambio que me des una oportunidad- yo me quedo muda, analizando lo que acaba de decirme, le gusto,¡¡¡Oh DIOS MÍO, SE ME DECLARÓ!!! -La verdad Damián, me has tomado por sorpresa, apenas esta es la tercera vez que nos vemos, y sé que no somos unos adolescente, somos adultos y podemos hacer cosas, pero no es mi estilo, me gustaría conocerte primero como persona, ya luego, veremos que sucede ¿te parece?- me mira, me mira y me mira,¡¡¡Dios!!! ¿Porque siempre me mira tanto? Luego me sonríe y me toma de las manos para dejar un casto beso. -Me parece perfecto Rou- me muestra su sonrisa y yo le devuelvo el gesto, luego de eso, caminamos juntos hacia la mesa de mis amigos, todos nos felicitan por nuestro baile, nos hacen bromas pidiendo autógrafos y fotos, lo que hago es reírme y disfrutar el momento, les presento a Damián a todos, seguimos bebiendo, bailando, riendo, tomándonos fotos, hasta que nos llega la hora de irnos, vamos hacia donde están los autos estacionados, yo acompañada de Damián, el cual me jala hacia él para hablarme al oído. -Permíteme llevarte a casa Rou- comienzo a toser, no sé qué decirle, y no es que me avergüenzo de dónde vengo, pero por lo poco que conozco de él, se ve a metros que tiene dinero, así que dudo que viva en un barrio como el cual vivo yo. -Damián, no es necesario, Cristian puede llevarme sin ningún problema- -Yo también puedo hacerlo sin ningún problema Rou.- -Si, eso no lo dudo, solo que no sé si es un lugar para un carro como el tuyo- espero que con eso me entienda la indirecta. -Rou, yo no nací con dinero, vengo de un barrio, viví en uno hasta mis años de universitario, así que puedo entender lo que me quieres decir- fruncí mis labios, eso no me lo esperaba, pensé que era un niño de cuna de oro. -Está bien, tú ganas, pero que quede claro que no me hago responsable si se te rompe una llanta por allá- Los dos soltamos grandes carcajadas, pero es la verdad, no voy a pagar carro de nadie, suficiente trauma tengo cuando un día Cristian se ofreció a llevarme, y justamente rompió una llanta por un hueco que no vio, y hasta el sol de hoy, dice que fue por mi culpa, obviamente no lo fue, pero le gusta jugarse con eso cada que me lleva, me pregunta antes si tengo para pagarle un cambio de neumáticos. Luego de despedirme de mis compañeros, y dejarles claro que Damián no me está obligando a nada que es mi decisión irme con él, decido montarme en el auto, Damián me abre la puerta, me ayuda a colocarme el cinturón, yo evitó hacer contacto visual con él, rodea el auto, se monta, se coloca su cinturón y enciende el motor guiñándome un ojo, yo solo niego con la cabeza y me rio, los hombres y sus cosas de carros. Treinta y cinco minutos después, estamos frente a la casa, no puedo quedarme mucho rato aquí ya que es tarde y la verdad este carro llama mucho la atención, y yo no vivo en una zona tranquila tampoco. -Muchas gracias por traerme, aunque no era necesario- Damián se ríe y me responde -Aunque no era necesario, yo quise hacerlo, y no me arrepiento- me ve con esa mirada que me intriga, y una sonrisa que haría flaquear a cualquiera, pero menos a mí, porque aún no me hayo viéndolo como algo más. - Bueno, sinceramente la pase muy bien hoy, de verdad gracias por dejar a tus amigos para estar conmigo, y gracias por bailar salsa también, la verdad me dejaste impresionada, eres un excelente bailarín- hago como si me quitara un sombrero y le hago una reverencia, o eso parece porque aún sigo sentada. -Cuando quieras lo podemos repetir- alza sus cejas varias veces, yo solamente me rio, mientras me desabrocho mi cinturón, me bajo del carro, ya que no quise darle tiempo que fuera él quien me abriera la puerta, la verdad sería más incómodo aún, sigo caminando mientras busco mis llaves, y cuando estoy en la puerta volteo a verle. -Damián- digo su nombre -Ya llegue sana y salva, ya puedes irte- el abre sus ojos por la sorpresa a mis palabras, luego niega con la cabeza y comienza a reír, yo hago la mismo. -Te daré tu tiempo Rou, pero la paciencia no es mi fuerte- me guiña un ojo y arranca, yo solo me quedo riendo por lo bajo, si el supiera el súper don que tengo yo para hacer que las personas pierdan la paciencia, diría mi madre que lo pondré a "bailar pegao" porque para terca, porfiada y tremenda yo. Ya adentro de mi casa, me quito la ropa, me desmaquillo, y me colocó mi camisón para dormir, es uno n***o, que ya parece gris de los años que tiene, pero estoy tan apegada a el que me cuesta dejarlo, es muy cómodo y suave. ya en cama me dispongo a dormir por lo menos hasta las diez de la mañana, para así recuperar mis energías por la noche que tuve, y así me quedo, pensando en lo que pasó con Damián, la salida con los chicos y el Señor Silva, es lo último que pienso cuando ya pierdo el sentido cayendo un profundo sueño.
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