ESTEFANÍA — ¿Te tomaste la pastilla del día siguiente? —Me preguntó Josué por quinta ocasión. Me había tocado el turno de la noche para hacer mis prácticas. Por el momento era un turno que me convenía. La señora Adela se había ido a vivir con su hijo a Estados Unidos y me había quedado solo con la universidad. — Sí, me la tomé. —Estaba viendo el reporte del último paciente. Estaba por ser dado de alta al día siguiente porque su apendicectomía había salido bien. — Fanny, ¿de verdad te la tomaste? —Josué me vio a los ojos. — Josué, seré una estúpida al estar enamorada de mi esposo, pero no tanto como para tener un hijo con él. —Cerré el reporte para entregarlo. Eran casi la siete de la mañana y lo único en lo que pensaba era en llegar a mi cama y dormir. — ¿Qué fue lo que pasó ese día

