¡Qué carajos! un dolor insoportable invade mi cabeza, la luz que pasa a través de las hermosas cortinas blancas de seda lastiman mis ojos ¡Qué! ¿Cortinas de seda? ¡No puede ser! a mi mente llegaron los pocos recuerdos de la noche anterior. Intenté levantarme pero mi cuerpo pesaba, los enormes brazos de Alessandro me impedían tener movimiento. ¡Joder! ¡Pasé la noche con mi jefe! poco a poco me levanté sacándome uno por uno los músculos brazos de Alessandro. ¡Noooooo! ¡Estoy desnuda! Busqué en la enorme habitación mi vestido y ropa interior pero no tuve éxito, mi única opción ha sido usar una enorme camisa de Alessandro que afortunadamente cubre gran parte de mis partes íntimas. La resaca por ingerir alcohol me estaba matando, caminé hasta la cocina, todo aquí es bellísimo, quien se enca

