Lamento no ser como ella

Cuatro

Me gustaba verte mientras estudiabas porque en realidad nunca lograbas concentrarte y mucho menos obtener las mejores calificaciones.

Te veía moverte de un lado para otro con tu paso inseguro, y me preguntaba siempre que habría detrás de esa duda, de esa incertidumbre que era evidente en tu caminar.

Te analizaba al mascar chicle para calmar tus ansias, aunque no parecía funcionar del todo bien.

Observaba tus movimientos al repiquetear el lapicero sobre los apuntes y tararear palabras ilegibles. Si tuviera algún super poder este sería poder conocer cuáles eran esas lejanas palabras.

Notaba cada vez que realizabas aquel hábito que tenías desde que te conocí, revolverte el pelo cada tanto cuando te ponías nervioso. Y cuando lo hacías al mismo tiempo parecía que algo dentro mío se revolvía, daba vueltas, ¿esas eran las famosas mariposas en el estómago de las que todo el mundo hablaba?

Hacías muecas de aburrimiento y desviabas tu mirada hacia ese infinito que se proyectaba desde tus pupilas. ¿Hacía donde te llevarían tus pensamientos? ¿Qué tan fuera de este mundo viajaban tus ideas?

Te veía, a cada momento, pensando en ella...