Podrías empezar por limpiar tu imagen. Los chicos malos son geniales si lo único que quieres es divertirte un poco. No estás vendiendo ese tipo de diversión. Estás vendiendo familia, estabilidad y confianza. Se enfureció un momento. - Ninguna de las cuales tengo.- Se encogió de hombros con una sonrisa forzada. - Creo que conoces el problema, solo que no quieres admitirlo. - La miró fijamente durante un largo instante. - Gracias.- Sus labios se crisparon. No podría haber mayor desconexión entre sus palabras y su tono, aunque lo hubiera intentado. - Lo siento. No es asunto mío.- Casi te exigí que me lo dijeras, así que no hay nada que lamentar. Necesitaba oírlo, pero maldita sea, lo que hago en mi vida personal no es asunto de nadie más que mío. -Estoy de acuerdo.- -Entonces, ¿por qu

