Luego de huir nuevamente, Lucía, ahora Martina, llegó junto a su pequeña hermanita a Corrientes, en busca de aquel misterioso hombre que su padre le había nombrado en aquella carta. Martina ya no era la dulce mujer que arribó a Buenos Aires y Clara se convirtió en una apuesta jovencita de veinte años a cargo uno de los teatros más importantes de la provincia. Por su parte Ramiro continuó su vida en Buenos Aires, aunque jamás avanzó con nadie más allá de una simple noche de sexo. Vitali no se rindió jamás y siguió buscando a Lucía debajo de cada piedra del país. Nicolás llevó su canto por el mundo, retornando a su querida Argentina, más precisamente a un importante teatro en Corrientes. ¿Qué sucederá ahora, doce años después, con estos personajes que han evolucionado a partir de aquella

