Desperté sola, eso me desilusionó un poco, aunque siempre fue así, Cain casi no duerme, siempre esta con problemas y en alerta. Me di un largo baño, mientras me bañaba recordaba todo lo vivido la noche anterior y no pude evitar sonreír como idiota. Una vez lista salí hacia la cocina, allí como siempre estaba Aurora tan amable y dulce conmigo. Enseguida me vino una duda a la cabeza, abra escuchado mis gritos de ayer, sabrá ella que Cain me beso allí abajo, casi me atragantó con mi tostada al pensar que ella oyó todo. - Esta bien señorita - me ofreció el vaso que estaba en la mesa, folpeo levemente mi espalda - tome un poco. - Gracias- aclare mi garganta aun resentida - Ya paso, nuevamente gracias. Luego de ese papelón me fui al jardín, o eso intente, porque no me dejaron salir, Cain

