7

1050 Words
Llevo una semana aquí, hasta el momento no tuve noticias de mi padre, cada mañana y cada noche , desayuno y ceno con Cain, los preparativos de la boda comenzaron ayer y casi me caigo de espalda. Tengo que hacer algo para no terminar casada con este loco. - Tu padre vendrá la semana que viene - su voz interrumpió mis pensamientos- y en dos semanas nos casamos. - Pero nos casariamos en unos meses - me estaba desesperando, no tenía mucho tiempo para planificar mi huida - Aún soy menor. - Es por eso que viene tu padre, para firmar el consentimiento, además de llevarte al altar, como debe ser. Este hombre esta loco, como puede hacer eso, como puede casarse sin conocerme, me quedo mirando mi anillo y las lágrimas no tardan en llegar. Un golpe fuerte hace que por el susto tire mi copa de agua. - ¡Deja de llorar maldita sea, odio verte llorar, deja de comportarte como una puta cría- gritó antes de irse tirando todo a su paso, él no controlaba su temperamento y podría lastimarme en uno de sus arrebatos. La señora que siempre me atendía se acercó en cuanto Cain se fue y me ayudó a limpiarme. - Tranquila pequeña, él no te hará daño - parecía muy convencida de que ese psicópata no me haría nada, pero yo no pensaba lo mismo - Él la quiere. - Él no me quiere, él esta loco y obsesionado - esta mujer realmente creía que me quería, a caso no sabía que me había SECUESTRADO . Ella no dijo nada más y se limito a limpiar la mesa, yo subí al cuarto donde dormía para bañarme, por suerte Cain se había ido, ya era incómodo dormir en la misma cama, porque el señor me obligo a que durmieramos juntos, solo me abrazaba para dormir, pero igual es algo que no quiero hacer, pero agradezco que no me haya violado... aun. Era de madrugada cuando llegó Cain, yo todavía estaba alterada por lo sucedido en la cena, el llegó tambaleándose y eso me asusto más. Sentí que se recostó a mi lado y me pasó su enorme brazo por la cintura. - Nunca te alejaras de mi pequeña, antes mato a todos los que se interpongan- beso mi nuca y no me moví, no quería que se diera cuenta que lo estaba escuchando - Tuve que dejar que una puta me hiciera una mamada porque no se cuanto más podré aguantarme sin tocarte. Eso último me revolvió el estómago, pensar en que mi vida a su lado sería así me descomponia, él llegaría oliendo a otra mujer y se metería entre mis piernas como si nada, no lo permitiría. Cain comenzó a roncar y supe que estaba profundamente dormido, es la primera vez que lo veo así de perdido, en los pocos días que convivo con él jamás se ha sacado así, mi poca experiencia en trastornos mentales, me dice que él tiene no solo uno, sino varios. Tengo que tratar de que se mantenga sereno, es bipolar o algo así, no quiero que me lastime en un momento de locura. En la mañana despierto y Cain ya no esta, miro el reloj en la mesita de noche y son casi las siete de la mañana, me levanto antes de que suene la alarma y me dirijo al baño, la puerta está entre abierta y veo a Cain de espaldas, tiene una espalda amplia, todo su cuerpo está tonificado, esta afeitadose, tiene solo el torso descubierto, no puedo dejar de observar su cuerpo, serán mis hormonas de adolescente o que me estoy volviendo loca, pero si no fuse un psicópata estoy segura que sería mi tipo. - Antes de estar ahí mirando ven a ayudarme - casi me muero de un infarto, él me miró directo a los ojos y me sentí una pervertida, lo estaba mirando descaradamente y él me pilló. - Em no, yo usaré el baño de la otra habitación- quise irme, pero el volvió a hablar fuerte. - Dije que vengas - como un cachorro asustado obedecí y entre al baño, era enorme, pero con el adentro parecía una caja de fósforos- Toma, afeitame. - Pero yo no se hacerlo- tome la navaja con mis manos temblorosas, el me tomó de cintura y me sentí sobre el lava manos - No puedo. - Aprenderás, mi futura esposa debe saber afeitarme - se me erizo la piel, como cada vez que me recordaba que sería su esposa - ahora afeitame, de arriba hacia abajo, despacio y ni pienses en dañarme, o te juro que lo lamentarán. No pude ni permitirme imaginar que lo dañaba, de solo pensar en matar a alguien me aterraba, no sería una asesina, pero también me asustaba que él me matará a mi por hacerme la valiente. Me tomé todo el tiempo del mundo para afeitarlo bien y sin accidentes. - Quisiera ser yo quien te mordiera la lengua- maldita costumbre de morderme la lengua cada vez que estaba concentrada. Su voz era senaual y no pude evitar mirarlo a los ojos, estábamos a pocos centímetros, podía ver sus pequeñas líneas de expresión, sus pestañas negras y tupidas, la nuez de adán subiendo y bajando, sus ojos eras azules, eran hipnóticos, su piel tenía un olor exquisito y de un momento a otro lo siento demasiado cerca y no se si fue por la impresión de sentirlo tan cerca y ver que mi cuerpo respondía o por el miedo que la navaja cayó de mi mano e hizo que me alejara. - Muero por comerte entera pequeña - lo dijo de una forma que provocó que me sonrojada, esta mañana no sabía que pasaba conmigo, este loco es mi secuestrador, me esta obligando a casarme con él, como mi cuerpo no se enteraba de eso y reaccionaba como una adolescente hormonal, me odio, me doy lastima, un poco de atención y caigo como idiota. Será que estoy desarrollando eso que le llaman síndrome de Estocolmo? Necesito salir de aquí lo antes posible, no puedo caer, no puedo ser tan estúpida de enamorarme o sentir algo por el hombre que está extorsionando a mi padre y a mi, además de que es un mafioso peligroso y sin escrúpulos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD