Desperté confundida, mi sueño no había sido del todo un sueño, porque estaba en mi cama durmiendo, sabía que Cain me había traído hasta aquí, sabiendo como es ,ninguno de sus hombres se atrevería a tocarme, de solo pensarlo me dio escalofríos. Baje lo antes posibles para ver a mi gato, en el camino casi caigo al chocar con la espalda de alguien. - ¿Estas bien? - Cain se veía preocupado, creí que estaría molesto- ¿Te has hecho daño? - Ee no - me acomode un mechón detrás de mi oreja, estaba avergonzada y un poco asustada- No fue nada. - Tu gato no está- lo mire a los ojos con desesperación, él lo sacó de la casa seguro. - Pero no hice nada malo - las lágrimas no tardarían en salir - Yo ... tu has dicho. - Esta en la veterinaria, tranquila- me sentí culpable, pero quien podría culparme

