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1237 Words
El cuerpo de a poco dejó de estar inerte, pude mover mis manos, mis piernas, aún me sentía mareada , me senté en el borde de la enorme cama, recorri con la mirada la gran habitación, paredes grises, negras y algunos muebles de madera, era la habitación de un hombre, no hay dudas. - Despertaste pequeña mía- mis ojos viajaron a la puerta, allí se encontraba un hombre grande, estaba segura que tenía varios años mas que yo, llevaba un traje totalmente n***o, sus ojos azules eran fríos, su piel blanca,pero no tanto como la mía, su cabellos era castaño oscuro , estaba peinado de lado, mandíbula cuadrada, nariz perfilada, era un dios griego, o mejor dicho un demonio - Al fin estas en casa. - ¿Quie eres y porque estoy aquí? - la cabeza me latía fuerte, creo que todavía estaba aturdida por eso que me había tirado - Quiero irme. - Son muchas preguntas pequeñas- se acerca a la cama y me alejó haciéndome bonita- Soy Cain tu prometido. - ¡Que! - este hombre esta loco, soy menor de edad y el tiene como el doble que yo, es un pervertido - Es imposible, no te conozco. - Pero yo si y eso es lo que importa - sonríe de lado, tiene un parecido muy grande con Xia, será su hija - Estamos comprometidos, serás mi esposa y no hay discusión en eso, te quedaras aquí asique ni sueñes que te iras. - Mi padre vendrá por mi - la mandíbula de él se puso rígida, tomo mi mentón y lo apretó firmemente. - No hables de ese bastardo en frente mí oíste- sus ojos fríos me quemaban por dentro, me daba muchísimo miedo este hombre - Por culpa de él esto está como esta. - Me lastimas - quito su mano de mi y sentí alivio inmediato- No entiendo que hago aquí. Mi padre puede darte dinero. - Eres tan ingenua- se reia abiertamente, pero no era una risa contagiosa,era una risa diabólica llena de ira y sarcasmo- Tu padre no tiene nada, gracias mi llego a donde llego y sin embargo quiso verme la cara. - Yo no te vi jamás, seguro te confundiste de persona - estoy tratando de que este hombre entre en razón. - Créeme que jamas me equivocaria contigo - acaricia mi mejilla y automáticamente me alejó, eso le molesto- nunca vuelvas a alejarte de mi tacto o tendré que enseñarte a mi manera y no te gustara ,¿ entiendes preciosura? - Si - porque a mi, porque siempre me pasan cosas malas - Pero no te conozco y me das miedo. - No deberías, al menos que me desovedezcas - él parece tan sereno, como si no hubiese secuestrado a una adolescente - las reglas son claras, haces lo que digo y estaremos bien pequeña1¹, me desobedeces y habrá castigos. No hay mucha ciencia en ello. - ¿Porque yo?- necesitaba saber porque estaba en esta situación, al menos tenía derecho de saber porque o por quien estaba aquí. - Escucha bien porque no volveré a contarlo, hablar del puto de tu padre me da jaqueca - su semblante cambio y por un momento me arrepiento de haber preguntado- desde hace muchos años conozco a tu maldito padre, le di mucho dinero para llegar a donde esta, a mi me convenía porque de esa forma podía comerciar en otros países, pero tu papito se quiso hacer el pendejo y verme la cara. Y creme que nadie me ve la cara a mi - sabía que eso era una amenaza para mi - En simples palabras te compré, íbamos a esperar a tu mayoría de edad pero todo se salio de control cuando me llego la información de que tu padre quería venderte a Massimo, el jefe de Italia. - ¿Venderme? - no lo podía creer , estaba en shock- Mi padre no sería capaz. - Pequeña tu padre no solo lo haría sino que lo hizo, dos veces- el parecía disfrutar con la situación, era perverso- Cuando ayer mi hermana escucho que te irían a buscar mis dudas se convirtieron en certezas y aquí estamos. - Yo no tengo la culpa de lo que te haya echo mi padre, por favor no me hagas daño. - Shhh - puso su dedo sobre mis labios y me hele - Ya te lo dije, no te lastimare siempre y cuando no la cagues. Serás Mia, porque lo decrete el día que te vi, al principio solo eras un activo más para mi, pero cuando te vi supe que serias mía para siempre. - Pero no me conoces - no sabia que decir para que cambiará de parecer, cosa que se veía posible. Su mirada hacia mi era como la de un loco, estaba obsesionado conmigo - Soy menor de edad. - Tranquila, eso ya está arreglado - él está tan tranquilo que me dan ganas de golpearlo - Escúchame bien Chiara, no quiero pendejadas, se que no me crees lo que te dije de tu padre y la verdad me importa una mierda, el tiempo te demostrará que para tu padre no vales nada, serás mi esposa, me serás fiel, porque no dudare en castigarte de la peor forma si llegaras a estar cerca de otro hombre. - Pero aun no termino mi instituto - no quería ser la esposa de este hombre, pero sabía que no llegaría a nada si me ponía en rebelde, tenía que ganarme su confianza- Tengo amigas, mi vida entera no esta en Rusia. - Tu vida esta conmigo y en Rusia - dijo firme mirándome con esos ojos como glaciares - En unos meses serás Chiara Moskal, mi esposa, señora de esta casa y espero que te comportes como tal. No tolerare idioteces, hazte a la idea de que esta es tu nueva vida, no tengo paciencia ,no saltare arriba tuyo como un maldito puberto, pero quiero que sepas que pasara, tarde o temprano tendrás que cumplir con tus deberes de esposa. Ahora me tengo que ir a arreglar las mierdas de tu padre. - No le hagas daño - sin pensarlo le tome el brazo, es fuerte y musculoso- Por favor. - Tranquila pequeña , todavía tenemos negocios juntos, no puedo deshacerme de él tan fácilmente - beso mi mejilla y puso un cabello detrás de mi oreja - Seria capaz de quemar el mundo por ti pequeña, no hagas nada estúpido. Sabía que no era una declaración de amor, era una amenaza para que no intentará escaparme, cosa que no haría, no soy tan estúpida como para intentarlo. A los minutos llego una mujer de unos cincuenta años más o menos ,traía una bandeja llena de comida, estaba hambrienta, pero tenía una pelota en el estómago. - Te recomiendo comer pequeña, no querrás que el Señor se enfade - fue muy dulce a pesar de su advertencia - Buen provecho. - Gracias - tome la bandeja y la puse en mi regazo. La vi retirarse y dejar la puerta media abierta, sabia que lo hacia para probarme, pero hasta no saber si era o no verdad lo que dijo de mi padre no haria nada estupido. En el fondo se que no miente, pero tengo esperanzas de que este psicópata se haya inventado todo y que mi padre no fuese capaz de venderme como carne en el mercado.
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