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1103 Words
Mi cumpleaños llego, por suerte es sábado y no tenemos actividades en este infierno, perdón mejor dicho instituto. Mi amiga Kira me lleno de alegría con su llegada, me trajo unas golosinas y un refresco. Se que para algunos es algo muy tonto, pero créanme que esto es como una cárcel, hace meses que no pruebo nada de esto y me siento eufórica y feliz, es como si las preocupaciones de los últimos días desaparecieran. - Muchas gracias Kira - me dio un pequeño abrazo - se que estas cosas te las envía tu madre para ti. - Pero esta vez es para ti y por tu cumpleaños - realmente es una chica tan buena, su padre fue mucho más injusto que el mio. Pero por suerte su madre está muy pendiente de ella y se nota que es cariñosa. - De verdad lo agradezco - estaba tan agradecida con ella - Ven, lo compartiré contigo. - No puedo decir que no a la culpleañera. Pasamos la tarde comiendo y hablando, no tenemos permitido ningún tipo de dispositivo electrónico, solo libros y juegos de mesa, pero estábamos muy entretenidas contándonos nuestras vida. Ella me contó como conoció a Nico, su novio, él es hijo de una de las criadas de su familia, fue por ello que su padre casi se muere al enterarse, cómo su hija estaría con alguien así. Es la primera vez que tenemos una charla tan profunda, nunca quise contarle a nadie porque estoy aquí, hasta hoy. Me sentí tan a gusto que pude contarle lo sucedido el día anterior a mi viaje hacia aquí, ella me escucho muy preocupada sobre lo que me pasó. - ¿Y tus padres no hicieron nada? - ella por lo visto no entiende que a mis padres no les importo - Perdón, ya me lo has dicho, pero no entiendo como no te dieron chance a que les contarás. - Ellos son así, no les importo. Solo me usan para guardar las apariencias. - Es horrible lo que me dices - ella se nota apenada - mi padre es extremista y poco cariñoso, pero el tuyo... - Lo se, no te enojes, no valen la pena - mi cumpleaños ya se había ido al tacho, esta charla me bajo mucho los ánimos, pero necesitaba desahogarme con alguien - Gracias Kira, por escucharme y por tus regalos. - No tienes que agradecer, para eso estamos las amigas. El resto de la tarde la pasamos planificando nuestras vidas fuera de estas paredes, no me había animado a contarle sobre Xia, no quería problemas, además de que no queria que Kira la increpara, temía por su integridad, Xia parecía más bien una ex combicta que una adolescente problemática. Por la tarde me llamaron a dirección, estaba segura que sería mi nana, ella nunca olvida mis cumpleaños. Una vez dentro de la oficina me encontré con una pequeña caja y un sobre. No había nadie, no veía a la secretaria por ningún lado, me acerque al paquete y con duda lo tomé junto con el sobre, abro el sobre encontrando una nota, la cual decía. " Feliz cumpleaños pequeña mía. Quiero que lo uses. Siempre mia. C" Mis manos comenzaron a temblar, estaba segura de que se trataba del loco ese que me había llamado, con duda abrí la pequeña caja de terciopelo, mis ojos se abrieron como platos, había un anillo, no cualquier anillo, sino uno muy delicado, algo de joyas sé por mi madre y este anillo era caro, tenía pequeñas piedras de colores rosa, diamantes y pidras de jade, era una pequeña flor. No usaría ese anillo, nadie me obligaría hacerlo, ese hombre estaba loco. Me daba miedo, pero no sederia ante sus amenazas, en cuanto pudiera le contaría todo a mi padre. Dejé la caja y el sobre en el escritorio y me fui corriendo a los cuartos, pero antes pasé por los baños, me encerré en uno a derramar algunas lágrimas de miedo e impotencia,tarde solo unos minutos, no quería que Kira quedara tanto tiempo sola. Estaba saliendo del cubículo para mirarme en el espejo y acomodar mi apariencia, cuando una melena rubia se me paro delante, de la impresión retrocedí hasta caer sobre la tapa del inodoro. - Mira, seré directa. Si te dijeron que usaras este puto anillo, lo usas - me entendió la caja y el sobre. - No lo usaré- mi intento de valentía sonó nefasto, mi voz, mi cuerpo, mejor dicho absolutamente todo me traicionó. - Si lo usaras, porque no dudare en ponértelo a la fuerza y es algo que no quiero- ella Lucia tan despreocupada- Y créeme que no quiero hacerlo, seria tan aburrido doblegarte sin tener resistencia. - ¿Porque? - mis ojos le suplicaba por paz - ¿Porque yo? - No lo se, créeme que ni yo lo entiendo. Eres de lo más básica - me dolieron sus palabras, aunque sabía que era verdad, ella tenía mi edad pero su cuerpo parecía el de una mujer madura y curvilínea - Usaras eso y no se lo dirás a nadie. Ni a tu amuguita, no querrás que amanezca con la boca cocida. Se fue con una sonrisa de lado que me dio escalofríos, no tenía opción que callar y usar ese bendito anillo. Antes de salir me lo puse y realmente era hermoso, pero lo sentía como una cadena, una cadena que me ataba a este psicópata acosador. Lo peor de todo es que no tengo comunicación ni con mi nana, como voy a salir de esta, ni a mi amiga puedo contarle, solo espero que el capricho se le pase a ese loco y que mi padre me levantara el castigo de una maldita vez. Para colmo esta la enviada del loco aquí mismo, Xia es realmente ruda y no dudará en cumplir lo que dice, porque he visto como todas le temen, fue por ella que dejaron de meterse conmigo, esto es literalmente durmiendo con el enemigo, ella está en el cuarto de al lado del mío, no lo comparte con nadie y eso me dice que su familia es poderosa, porque aquí nadie tiene privilegios. Mi cabeza es un lío, no puedo hablar con nadie para que me ayuden o simplemente me den otro punto de vista, Kira me elogio el anillo, le dije que mi padre me lo había enviado, que patética soy, pero no tengo un circulo familiar muy amplio y mi nana jamás podría costear un regalo así. Con miles de cosas en la cabeza me acosté a dormir, cosa que no logré en toda la noche.
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