1

1029 Words
-!No pueden hacerme esto! - estoy histérica, enojada y frustrada. - Claro que podemos y lo haremos - mi padre está fumando un puro en su escritorio como si no me fuesen a mandar a un internado a Rusia - Te advertí que no te hicieras la rebelde. - !Te odio! ¡Eres el peor ser humano de la historia! - sabía que estaba a dos palabras de recibir un fuerte golpe, pero ya había perdido todo, que me harían un par de dientes menos. - ¿Terminaste? - él ya se había levantado y yo automáticamente retrocedí - Te advertí que no hicieras estupideces, sabias que mi candidatura a la gobernación estaba en pie y sin embargo te valió mierda! - Fue un accidente - estaba llorando desconsoladamente, porque de verdad fue un accidente, no había sido mi culpa. - ¡Me importa una mierda!, si no fuese porque la policía te sacó de allí antes de que alguien te filmará o fotografiara mi candidatura estaría manchada por tus pendejadas - muy pocas veces mi padre estaba así de desquiciado, porque siempre se mantiene soberbio y sereno, esta tan seguro de que siempre se saldrá con la suya que no necesita alterarse en lo más mínimo. - Papá no fue mi culpa, quisieron... -un golpe en la madera carisima de su escritorio me hizo callar. - No quiero saber más nada, mañana mismo te vas - me dio la espalda y se sirvió un vaso de whiskey- Prepara tus cosas, mañana a las ocho sales al aeropuerto. Y escúchame bien, no intentes nada Charis, no dudare en encerrarte en un manicomio toda tu vida. Guarde mís cosas en valijas en completo silencio, de vez en cuando se me escapaban algunas lágrimas las cuales limpiaba de un manóton, me habían querido secuestrar, por eso mientras aceleraba para perder el auto que me seguía atropelle a ese hombre, por suerte para mi padre era un indigente, no había familia que indemnizar ni papeleo. Gracias a mi amiga Evangelina supe que el hombre estaba bien, su padre es el dueño de la clínica donde mi padre envió a ese hombre, al menos tuvo la desencia de pagar por su atención, mi padre no se caracteriza por ayudar a nadie. A penas me habían permitido conducir mi auto, tengo dieciséis años y siempre tuve chófer, era la tercera vez que lo utilizaba, el acuerdo era que del instituto a mi casa y nada más, supuestamente mi padre quería que la familia no se viera como una inalcanzables, según él, teníamos que "acercarnos" a la gente normal y básica, no entiendo mucho lo que dice, pero tiene que ver con la imagen que él quiere dar al pueblo. Quise ser un poco más intrépida y maneje fuera de la zona segura y me adentre a la ciudad, vi casas totalmente diferente a las que estoy acostumbrada, la gente parecía más feliz y los niños jugaban en las veredas, iba muy distraída disfrutando del paisaje, que lindo hubiese sido vivir así, sin la presión de ser o mostrar algo que no soy. Me había perdido y comencé a asustarme, no solo llegaría tarde sino que tal vez jamás llegaría si no encontraba en camino de regreso. Di varias vueltas hasta que me di cuenta que una camioneta completamente negra me seguía, doble una esquilla y esta también doblaba, aceleraba y aceleraba, estaba segura que no era paranoia mía, estaba muy asustada y no encontraba nada que me sirviera de referencia para volver a mi casa. En un momento la camioneta aceleró para cerrarme el paso y solo pude acelerar más, no tenia mucha experiencia al volante como para darme de Leti Ortiz, asique acelere lo más que pude sin quitar la vista de la camioneta que venia pegada. Doble en una calle un poco más transitada, debía ver de no chocar a otros autos y a su vez tenía que perder a mis perseguidores, pero de un momento a otro se cruza una persona, clave los frenos y al ser un auto nuevo estos reaccionaron enseguida, las ruedas chirriaron y el cinturón para mi cuerpo de ser lanzado por el parabrisas. Por casualidad había un patrullero a unos metros, se acercaron los oficiales y me pidieron los datos mientras atendían al hombre que estaba en el piso. Estaba aterrada, casi mato a un hombre, casi me secuestran. En cuanto les dije mi nombre se miraron con el otro oficial y me cubrieron y metieron en mi auto, uno de ellos manejaba mientras hablaba con alguien, no podía prestar atención, iba muy ocupada recordando lo que paso y mirando para todos lados, tal vez la camioneta seguía cerca. Llegamos al despacho de mi padre, esta en el centro de la ciudad, entramos por el subsuelo para no ser vistos, mi padre estaba alterado, no porque temiera por mi vida, sino porque tenía que ocultar lo que había pasado. Sabía que mi osadía no saldría gratis, que todo esto me costaría mucho, pero estaba más preocupada por lo que había vivido minutos atrás, me iban a secuestrar, estaba segura de eso, esa camioneta me estaba siguiendo. Después de lo que mi papá de dijo me sentía desbastada, a mi padre no solo no le importo sino que le estorbo, bueno eso siempre lo supe, pero ni siquiera quiso saber nada sobre el casi secuestro. Aun estoy asustada, quien quiso secuestrarme, sabían quien era yo o había sido al azar, los enemigos de mi padre tendrán algo que ver. Miles de preguntas rondaban en mi cabeza, por desgracia ninguna de esas preguntas tiene respuesta, porque mi padre no quiere ni verme, mucho menos escucharme, mi madre es el títere de mi padre y lo peor de todo es que no podré buscar mis propias respuestas porque me iré mañana mismo a la otra punta del mundo. Odio mi vida, odio a mi padre y odio ser su marioneta. Algún día mi padre pagara el daño que me ha hecho, un día yo lo veré caer por sus propios errores, no será por mi mano, porque a pesar de todo no soy como él, pero caerá lo sé.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD