Capítulo 37. Una pequeña mentira pero... una gran decisión Las palabras se quedaron suspendidas entre ambos, cargadas de una intensidad que ella no estaba preparada para manejar. Alicia desvió la mirada, sintiendo que su corazón latía con demasiada fuerza. -- No puedo aceptar algo así tan fácilmente – murmuró. -- Por supuesto que no – replicó Piero, esbozando una sonrisa de satisfacción, el escucharla decir aquello era música para sus oídos. -- Por eso estoy dispuesto a negociar – entonces Alicia lo miró con escepticismo. -- ¿Negociar? – le preguntó. -- Así es. Dime tus condiciones cariño – preguntó, cruzándose de brazos con un aire de desafío. -- Estoy seguro de que tienes al menos un par de ellas –Alicia respiró profundamente. La idea de casarse con Piero Ferrer le parecía descabe

