Capítulo 81. Bienvenidas, visitas y encuentros accidentales El sol comenzaba a filtrarse por la ventana de la habitación cuando Alicia se despertó, después de la visita de Samuel al alba y la noche llena de emociones que pasó, Alicia cayó en un profundo y reparador sueño. Ella abrió los ojos al sentir una ligera presión en su brazo. Giró la cabeza y sonrió al ver a su esposo dormido a su lado, con la cabeza apoyada en el colchón y su mano sosteniendo la suya. -- ¡Amor! – le susurró, acariciándole el cabello. Piero gruñó levemente antes de abrir los ojos con pesadez. -- Estoy acá cariño – dijo con rapidez, levantándose al segundo. -- Ve a dormir a casa mi amor. No has cerrado el ojo ni un momento y acá no podrás descansar bien – Piero negó con un movimiento de cabeza, -- Y dejarte sol

