Mientras Tati intentaba ver qué hacer con el resto de su vida, un tío lejano le consiguió un trabajo en el call center de un banco y eso, aunque se, le dio un suelo firme donde afirmarse...aunque su mundo emocional tenía muchos altibajos, al punto de que había veces en que pensaba acabar con todo de una vez y para siempre...
El regreso de su padre a la ciudad, tampoco fue el sueño dorado que Tati esperaba... como hija única de padres separados y siendo que su padre se había casado de nuevo, la relación de ella con su papá y la nueva familia de este era buena, el único problema era que el papá de Tati no vivía cerca... quizá, los viajes de su padre hicieron que Tati le temiera al abandono desde muy pequeña y cuando su padre finalmente regresó a vivir a la ciudad no fue como ella se lo imaginaba y era lógico pues un vínculo no se construye de la noche a la mañana.
Fue, mientras Tatiana lidiaba con todo este torbellino de sentimientos, que conoció a D... en realidad ya lo conocía pues todos los fines de semana Tati y sus amigas se encontraban en un Bar llamado Jumbo donde D y sus amigos también solían parar.
Tatiana nunca miró a D con buenos ojos porque le parecía que era un rompecorazones... y quizá no se equivocaba.
Pero de alguna forma, el grupo de D y el de Tati, empezaron a frecuentarse, a compartir mesa... el diálogo se hizo fluido entre ambos, y una noche en que Tati se encontraba deprimida recostada en un sillón del club nocturno al que iba con sus amigas D apareció y realmente, fue como si saliera el sol... Tati, que en el fondo era una romántica y para ese entonces era una ávida lectora de novelas románticas lo vio como algo de película, que él se apareciera esa noche tan oscura justo cuando su recuerdo rondaba en su cabeza parecía sacado de una mismísima novela romántica, pero no lo era... era su verdadera vida.
Él se quedó con ella charlando en el sillón hasta que le ofreció acompañarla a su casa, y como era una noche de verano casi, caminaron, charlaron y finalmente se besaron bajo la luz de la luna.
Eran fines de los 90. Tati aún no tenía celular pero D sí, así que se intercambiaron los números de teléfonos.
Y empezó un breve pero intenso romance, al menos del lado de Tati... que no llegaron a consumar en la intimidad pues se vio abruptamente interrumpido una noche en que Tati se encontró con sus amigas en Jumbo, y V junto a Alex y los satélites, pero sobre todo V con rostro grave le dijo que habían visto a D en la calle abrazado con una mesera de Jumbo.
Eso rompió el corazón de Tati en mil pedazos, pero hizo lo que suponía debía hacer... tuvo una charla formal con D en un café donde pusieron las cosas en claro, y todo pareció ir bien, solo que Tati por primera vez en toda su vida realmente se había enamorado.