Ella, tiene sus currículos en todos los idiomas que sabe. Y por ese día dejó el tema, porque le interesa ver también páginas de empleos. Y buscó unas cuantas. Las anotó e hizo un descanso. Se dio un chapuzón en la piscina, hasta que se cansó y luego fue a almorzar. Guadalupe está en la cocina y le preparó unos sándwiches de pollo con lechuga y tomate y una limonada y ella le dio las gracias. Le dijo que, si no quería preparar cena, que no lo hiciera, Trevor no venía y ella se hacía una tortilla, que no se preocupara. Y Guadalupe le hizo caso. Luego se echó en el sofá del salón a echar una siesta y se quedó dormida hasta las cuatro de la tarde. Sobre las cuatro y cuarto, la llamó Trevor. —¡Hola, guapa! —¡Hola, guapo! —¿Qué haces? —Ahora acabo de despertar de una siesta. He estado buscan

