Scarlett está lista para ir a conocer la empresa de sus abuelos, ambos ancianos la acompañan, en cuando entran todos queda viendo a la nueva personalidad que entra con los dueños, ellos saludan muy amablemente. Suben al ascensor, ella está un manojo de nervios, pero los esconde muy bien. —¿Todo bien hija? —Si abuelo, un poco nerviosa. —Lo harás muy bien, eres una Mayer. —Si eso siempre decía mami. —Pues al menos se sentía orgullosa del apellido, mira llegamos a tu oficina. —Abre la puerta, Scarlett se queda impresionada, es hermosa y espaciosa, mucha oficina para ella. —Abuelo no hay una más pequeña, siento que es demasiado. —No, ahora acostúmbrate a lo grande. —Hija, puedes disponer de todo lo que quieras, recuerda que todo esto ahora es tuyo. —Es extraño, después de ser una doña

