Observó con mucha atención la pantalla, cuando el médico está revisando a mi mujer. Ella se ve hermosa. La mujer más bella sobre esta tierra para mis ojos. ¿Tanto tiempo negándome amarla? A ser feliz y ahora respiro profundo desde que ella apareció en mi vida, no quiero otra cosa que entregarle mi alma y mi corazón. Sonrío con disimulo. Tengo uno del lado izquierdo de mi pecho. Uno, que no deja de latir con todas sus fuerzas por ella. Al llegar nuevamente, le dio vida a todo. Abandonó mis pensamientos cuando escuchó la voz del doctor.
— Bien señora, el desarrollo ha sido más satisfactoria. El niño se está incubando, normalmente.
— ¿Es un niño doctor? —Indago de inmediato.
— Sí, es lo que muestra la ecografía. Creo que ya no es necesario que venga mensualmente, la veré el día del parto.
