—Todo está arreglado, señora Mayer. —Ella está agradecida con él. —Muchas gracias, Trevor, un cuñado, nos echará la mano. —Estoy para servirle, fue placer. Ella sale de la oficina de Trevor, camina hacia su coche, donde la espera su chofer, se sube rumbo a su casa, al entrar en la sala de su casa mira dos mujeres sentadas esperándola, ella se quita el abrigo. Va a saludarlas, nota que una de ellas es la enfermera que le recomendaron. —Buenas ¡Dios Santos! Jenna ¿Eres tú? —Buenas, Señora, mi nombre es Lola y ella es mi amiga Scarlett. —¡Disculpen! Me confundí. ¡Por favor, tomen asiento! —Ella no dejaba de ver a Scarlett, a lo cual, al mencionar ese nombre, la joven se quedó con dudas. —Si, muchas gracias. —Responden ambas. —¿Quieren algo de tomar? ¡Cuéntame! ¿Aceptaste el trabajo?

