Al día siguiente New York Karina Las cosas del corazón deberían ser simples… pero casi nunca lo son. La mayoría de nosotros cargamos con miedos, dudas, y esa manía de calcular cada salto antes de darlo. Supongo que cada pareja encuentra su propio ritmo, aunque el nuestro parecía avanzar a trompicones. Yo todavía seguía peleando con mis inseguridades, derribando una a una las murallas que había levantado alrededor de Lance. Sí, su propuesta de oficializar lo nuestro era la forma más lógica de darme confianza… pero algo en mí pedía tiempo. Quería hacerlo cuando me sintiera lista, no antes. Y, sobre todo, tenía que prepararme para la tormenta que sabíamos desataríamos en cuanto diéramos ese paso. Por eso me repetía que unos días más… no cambiarían nada. Por otra parte, Lance, a su manera

