Cita y más

1103 Words
A la mañana siguiente  Karina Será que lo vuelvo a ver, lo busco con la mirada entre las personas que se dirigen al ascensor, tal vez ya subió, no puedo esperar más, voy a llegar tarde, ingreso al ascensor sin ganas, me repito por dentro que es lo mejor, en fin,  van ingresando las personas cuando están por cerrarse las puertas, de pronto alguien lo detiene y es él, tan solo sonrió como una tonta, tratando de disimular hasta que siento que él se va acercando a mí. –Hola– me dice con una enorme sonrisa tatuada. –Hola ¿Cómo te fue en tu primer día de trabajo? –le pregunto con curiosidad. Lance Justo cuando pensé que perdía el ascensor se detuvo y allí estaba ella, sonrió como un tonto al verla, me pregunta por mi primer día de trabajo –Bien– es lo único que le logro salir de mi boca, la verdad es que estoy hipnotizado, no logro hablar me sacudo mentalmente has algo me reclamo por dentro. –¿Cómo te llamas? Yo me llamo... –No debería hablar con desconocidos– me asegura. –¡Es en serio! No soy un desconocido, ayer nos vimos, que tal si te invito a salir y nos conocemos un poco– le propongo. –No lo creo ¿No debes bajar ya? ¿Este es tu piso? ¿No? –me niega con la cabeza mientras me pregunta. –¿Sal conmigo? Podemos cenar, lo que tu prefieras un trago, un café lo que sea– le insisto. La gente comienza a decir si voy a bajar o no porque tengo detenido el ascensor, todos alrededor reclaman, una señora le dice –Dile al guapo que sí, vamos chica. Karina  Todos me miran, esperando mi respuesta me alientan –Está bien, mañana a las 8:00 a.m. en el café de la esquina– él sonríe triunfal. –Tenemos una cita– me asegura con una gran sonrisa. Lance  A pesar de sentirme en las nubes por la respuesta de la chica que me gusta, decidí hablar con Roger sobre el puesto que me designo. –Buen día cuñado ¿Cómo estás? necesitamos hablar– le afirmo. –Lance  tu dirás ¿En qué te puedo ayudar? –Bueno tengo un problema, no creo que esté sea el lugar correcto donde pueda ayudar más en la empresa ¿Me entiendes? –Lance esa decisión la tomó tu madre, si tienes alguna queja habla con ella– me propone. –Roger ahora mismo lo hago, este no es mi lugar, no tiene nada que ver contigo– le aseguro. –lo entiendo perfectamente Lance– me apoya. Voy caminando por los pasillos de la empresa para dirigirme a la oficina de mi madre en presidencia, en el camino saludo cortésmente a todos hasta que llego a su puerta y le preguntó a su secretaria si está ocupada en alguna reunión, ella me indica que no, entonces decido entrar. –Buenos días madre ¿Estás ocupada? ¿Podemos hablar? –Sí podemos hablar Lance ¿Cómo estás en tu puesto? ¿Te gusta? –me pregunta con dudas. –En realidad madre, de eso mismo quería hablarte, no me siento cómodo en ese puesto, sabes muy bien que tengo los estudios y la experiencia en otra área, soy capaz de hacerlo dame la oportunidad ¿Sí? –Lance sé perfectamente que tienes el conocimiento, pero debes comenzar desde abajo, no sabes del manejo de la empresa– me explica. –Mamá ¿Crees que no he leído todos los informes que me has estado enviado todos estos años? Se perfectamente lo que necesita la empresa y se cómo la diriges– le afirmo. –Ahh… ¡En serio! Me sorprendes hijo. –Vamos mamá, por favor solo te pido que confíes en mí, colócame en un puesto donde pueda ser útil– le pido. –Vaya que eres obstinado cuando quieres algo, dame unos minutos y lo arregló todo. Mi madre sale de su oficina mientras yo me quedo sentado en una de las sillas enfrente del escritorio de espaldas a la puerta esperando que idea tiene en mente sobre mi pedido. Karina Estoy atareada con todo el trabajo que tengo hasta que me interrumpe la voz de Martha, la dueña de la corporación. –Ven Karina, por favor necesito que me ayudas con mi hijo, quiero que le expliques todo lo concerniente al sector de finanzas, que seas su apoyo en todo, vamos a mi oficina para que lo conozcas– me explica.  ¡No puede ser! Lo que menos quiero es ser la secretaría de ese sinvergüenza me grita mi interior, para mi mal entramos a la oficina de Martha mientras ella va dándole instrucciones, de pronto se levanta el hijo de Martha de la silla y voltea a verme. –Lance ella es Karina, te va ayudar en todo– nos presenta Martha. –Mucho gusto, soy Lance– me dice él con una media sonrisa. –Un gusto– le contesto un poco desconcertada al ver que se trata del chico del ascensor. –¿Vamos? –Me propone Lance. Trato de mostrarme lo más profesional posible, sin que se dé cuenta, de mi reacción, voy hablando de todo lo relacionado al puesto y le dejo saber que cuenta conmigo en lo que haga falta, pero no puedo evitarme reclamar ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? mientras niego con la cabeza, en fin, después de recorrer los pasillos llegamos a la oficina que le han asignado. –Hemos llegado, esta es tu oficina– le indicó. –En unos momentos te hago llegar todos los informes al día ¿Se te ofrece algo más?  Lance  Me he quedado como un tonto viéndola, así que se llama Karina, me repito por dentro, mientras ella no para de hablar de las responsabilidades del puesto, entonces me pregunta si necesitó algo más. –Sí, primero mañana te espero en la cafetería y agradezco que seas tú, a quien tenga que recurrir si necesito algo. –No lo creo, no pienso salir contigo, de ninguna manera– me afirma. – ¿Por qué? –pregunto con curiosidad. –porque no salgo ni con jefes ni compañeros– me contesta, pero estoy un paso delante de ella y le discuto lo que acaba de decirme. –Pues yo no soy ni lo uno, ni lo otro– le aseguro. –Peor aún, eres el hijo de la dueña. –Karina te espero mañana en la cafetería– insisto.
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