Cachondo
La parte más dolorosa de mí había pasado. Le había confesado mi secreto a Becky, esto era lo único que nos separaba. Todavía faltaban muchas cosas que ella supiera de mí, pero se lo diría con el paso de los días. Por el momento quería disfrutar estar a su lado, tenerla devuelta a mí. No la dejaría que se fuera de mi lado nunca más; ella era mi todo.
—¿Podemos ir a otro lugar? Hace frío. —Asentí en acuerdo. Ella estaba temblando. La llevé a mi moto, y ella la miró con preocupación.
—¿Viniste en moto? —Preguntó.
—Era la forma más rápida de llegar a tiempo, no pude cuestionármelo. —Respondí. Vi en sus ojos que todavía sintió miedo de subirse. No llegaba a tener cierto afecto en ella a su seguridad. —Tranquila, estas en buenas manos. —Me dio una sonrisa en repuesta, lo que hizo ha
