—Joaquín, ¿Qué es lo que está pasando? —le pregunto saliendo de la sala de juntas. —La señora Hortensia está en casa con una patrulla queriendo llevarse a mi ahijada —me dice y siento que mis piernas me tiemblan, salgo corriendo de la empresa, Joaquín me alcanzo, subimos al auto, no tardamos mucho en llegar, atrás de nosotros llegó Martín con otro de los abogados de Joaquín. —Buenas tardes, señores, señora Hortensia, ¿qué la trae a esta humilde casa? —saluda Joaquín muy cordialmente, mientras que yo quería arrancarle las greñas postizas a esa vieja bruja. Pase aún lado de ella, lo único que me importaba en ese momento es mi hija, entre a la casa buscándola, Natalia estaba en los brazos de su madrina llorando. —Mami, yo no me quiero ir con mi abuela, no dejes que me lleve —me suplica mi

