Capitulo 9

1063 Words
Recuerdos —Hola, me llamo Flavio Torres ¿puedo sentarme? si no le molesta claro —me habla un hermoso caballero de ojos negros. —Si, si claro —acepto nerviosa, el chico guapo de la universidad me está hablando a mí, una simple becada, digo en mi mente. Se sentó enfrente de mi y me hablaba, yo embobada veía sus ojos cafés, sus labios que se me antojaban probar, me gustaba desde la primera vez que lo ví cuando llegue a la escuela. disimulaba al verlo, si parecía una acosadora, estaba en los lugares donde él estaba, y hoy me está hablando, no puedo creer, sonreí tímidamente, aunque no lo crean era tímida, Pero este hombre llamó mucho mi atención, pero claro estaba lejos de su alcance, no éramos de la misma clase social como me lo hizo saber su madre el día que me presentó con su familia después de un año de noviazgo. Lo entendí y ahí supe que no era de su agrado, desde ese día tome mis precauciones y me límite solo a poner distancia entre ella y yo, claro Flavio sabía mi postura, no iba a permitir ser humillada cada vez que lo acompañará a una reunión familiar, no por ser arrogante, si no más por mi propia dignidad y se lo hice saber, si el me amaba como decía no iba a permitir que pusiera a su familia en medio de e nuestra relación, yo no le iba a dar a escoger porque se que siempre van a ser su familia y yo era la recién llegada que no sabía un futuro eterno. —¿De qué familia vienes? —me pregunta si mamá mirándome de arriba a abajo —tu apellido no me suena de nuestra clase —vuelve a decir con una sonrisa burlona. —¿Disculpe? —le pregunto dudando de sus palabras y le sostuve la mirada. —Claro, ya entendí, eres tan pica cosa para mí hijo, de una vez te pido que te alejes de él, cuánto quieres y te daré lo que pida —me dice en un tono arrogante y odio entre los dientes que la quede viendo sorprendida con lo que me había propuesto. —Pues creo que eso no podrá ser señora y la verdad no me interesa su dinero, no vine a caerle bien si acompaño a su hijo, es porque el. me lo pidió y por el amor que le tengo —le digo de la misma manera en la que ella me habló. —Eres una atrevida, no sabes con quién estás hablando —me dice levantando la mano en señal de darme una cachetada y la detengo en el aire. —¿Pero qué es lo que está pasando aquí? —pregunta Flavio que viene junto con su papá —madre te estoy preguntando, ¿porque quieres levantar la mano a mi prometida? —le dice abrazándome y sus padres abren más los ojos sorprendidos por lo que Flavio había dicho. —Nunca voy a aceptar a esta igualada, arribista en mi familia —grita su madre —me ha faltado el respeto, yo solo estaba tratando de ser amable con ella, yo solo quise darle la bienvenida —se pone a llorar, victimizándose en los brazos de su esposo y este me echa una mirada que si fueran lanzas ya estuviera muerta. —El respeto se gana señora y créame que fui bien educada por dos grandes mujeres, sencillas y humildes Pero con mucho amor —le respondo mientras Flavio se quedó viendo en silencio —disculpa mi amor, yo me retiro, no puedo estar donde no soy bienvenida, quédate es tu familia yo aquí salgo sobraron, lo único que no puedo permitir que traten de humillarme —le digo a Flavio dándole un beso delante de sus padres y dándome la vuelta para irme, pero él me detiene. —Padres, no pensé que fueran de esa clase de gente que quieren hacer sentir menos a los demás, si ustedes no aceptan a Laura como mi esposa, allá ustedes, nos vamos porque si ella no es bienvenida en esta casa tampoco lo soy también —les dice tomándome de la mano para salir de esa casa. —Si tu sales de esta casa con esa mujer dejas de pertenecer a esta familia —le dice su padre, Flavio aprieta mano y asiente la cabeza a su padre, caminamos a la salida —Flavio regresa te estoy hablando —le grita ese señor y salimos de la casa. Subimos en silencio al auto, arranco hasta llegar al edificio donde tiene su departamento, bajamos del auto y subimos, al llegar entramos fue directo a un mini bar y se sirvió un vaso con licor, se lo tomo de un solo trago y se acercó a mi tomándome de la cintura, pensé que estaba enojado conmigo por lo que pasó en casa de sus padres. —perdon, perdón por como te trato mi madre —me dice poniendo su cabeza en mi hombro, lo abrazo dejando un beso en su mejilla. —¡Flavio!, yo te amo, Pero no voy a permitir que me humillen, yo no te voy a obligar a estar a mi lado, ellos son tu familia y no quiero que por mi culpa te alejes y pierdas lo que te corresponde —le digo refiriéndome a su dinero y estatus social al que está acostumbrado, doy un suspiro profundo. —Tienes razón mi amor son mi familia, ahora mi familia eres tú, ésto lo pensaba hacer en la cena, delante de mis padres, pero dado lo sucedido —se inclina sacando una cajita del bolsillo del pantalón y abriéndola —Laura de los Santos ¿quieres casarte conmigo? ¿ser mi esposa, amante y amiga para toda la vida? —me pregunta con una sonrisa que me derrite. —¿Estás seguro? —le pregunto dudando de lo que me acaba de proponer, él asistente afirmando con una sonrisa —si quiero ser tu esposa mi amor —le digo estirando la mano para para que ponga el anillo en mi dedo, es un anillo sencillo con una pequeña piedra roja en el centro rodeada de unos pequeños diamantes blancos, se para y nos abrazamos dándonos un beso para sellar nuestro compromiso separándonos por falta de aire en nuestros pulmones.
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