—Hola señora Oliva, mira nada más a esta hermosa Bibi, hace tiempo no te he visto, ¿cómo has estado? Abrazo a la amiga de mi hija. —Hola señora de los santos, es un gusto verla, su niña invitó a la mía a pasar un día juntas, creo su abuelo habló con mi esposo ayer y dimos el permiso, se le encargó mucho y gracias por la invitación —me dice casi en súplicas. —No se preocupe, señora Mora, en sí vamos a ir a la hacienda de mi abuelo, van a estar bien cuidadas, hay personal y vamos a estar nosotros. Natalia está hablando con una persona, pero espérala en la sala —hablo trato de darle tranquilidad a la señora Oliva Mora. Con ella nos quedamos hablando, un rato más no quiso entrar, se despidió. Al entrar a la casa, estaba Natalia con su amiga y Nora venía bajando las escaleras con una malet

